Videoconferencias sin retardo; conectividad fluida incluso en grandes aglomeraciones, como conciertos o eventos deportivos; videojuegos con una resolución 8K; sistemas de domótica con mayor calidad y más seguros. La llegada de la tecnología 5G haría todo eso posible.
Y para que sea una realidad, los operadores móviles invertirán más de mil millones de dólares durante los próximos años, según las estimaciones de la GSMA, asociación que integra cerca de 800 operadores de telefonía a nivel mundial. Este organismo espera que al menos una de cada cinco conexiones móviles use redes 5G para 2025. Pero, ¿realmente nos cambiará la vida? Y, de ser así, ¿cuándo? Los expertos pronostican que los cambios llegarán progresivamente, pero no serán evidentes para todos.
“Vamos a notar que nuestros teléfonos móviles tienen más velocidad de datos, pero a un usuario no experto quizá no le parezca significativo porque ahora mismo ya puede, por ejemplo, ver un video de YouTube en su teléfono con una calidad aceptable”, explica Xavier Vilajosana, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya).
El académico puntualiza que la diferencia está en que el video que verá dentro de un tiempo tendrá 8K o realidad aumentada y que ocupará 10 GB, en lugar de 600 MB como ahora.
Lo que cambia es la infraestructura de comunicaciones
Según los expertos, se trata de una actualización global que afecta principalmente a dos áreas que no notamos a simple vista. Como explica el profesor de la UOC, una es la manera en que el teléfono móvil se conecta a la antena del tejado de las casas; la otra, lo que ocurre en el espacio de Internet que no vemos, entre los servidores.
“El acceso inalámbrico de todos los dispositivos móviles será mucho más rápido de lo que es ahora porque se abrirán más bandas de telecomunicaciones. Como lo que se intenta es que todo se acabe conectando a Internet —los autos, los refrigeradores, los robots de las fábricas, etc.—, hay mucho más tráfico. Y en telecomunicaciones no hay magia: si quieres que quepan todos y correr más, necesitas una autopista más grande. Por eso las bandas de televisión que ya no se usan se utilizarán para comunicar y mandar datos. Si esa infraestructura antes era una carretera, ahora será una autopista. Lo que cambia es el escalado de la red”, señala Xavier Vilajosana, quien también es investigador del Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la UOC.
La situación causada por la enfermedad Covid-19 ha hecho aún más evidente la necesidad de mejorar la conectividad para poder hacer frente a circunstancias excepcionales como las vividas con el coronavirus, y ese salto digital podrá darse con el 5G.
Según Vilajosana, el hecho de tener una infraestructura de telecomunicaciones con una conectividad tan amplia hará que el uso de las tecnologías digitales desde cualquier entorno sea mucho mejor. “Conseguirá que los entornos de trabajo sean más robustos ante pandemias como ésta, por lo que toda la sociedad sacará beneficios, porque se tratará de una sociedad mejor conectada”, señala este experto.