Asistir a conciertos, reuniones o eventos deportivos a través de experiencias inmersivas y holográficas 3D en tiempo real, viajar, estudiar y trabajar virtualmente, disfrutar de vehículos autónomos o de las ventajas de las smart cities, son solo algunas de las innovadoras aplicaciones que están a punto de generalizarse gracias al despliegue de la tecnología 5G por parte de los operadores de telecomunicaciones de todo el planeta.
Así pues, el 5G está concebido como la infraestructura sobre la que se soportarán las telecomunicaciones del futuro, que se caracterizarán por la combinación de voz, datos y video, tanto en lo real como en lo digital.
Este despliegue tecnológico permitirá a los usuarios vivir plenamente conectados a una “realidad mejorada”, con unas tasas de calidad y eficiencia sin precedentes en sus interacciones corporativas y personales. Una vez superada la fase de desarrollo, test, asignación del espectro radioeléctrico y despliegue de la tecnología, será probablemente a finales de este mismo año o principios del siguiente.
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Toda una recompensa al trabajo de la industria y los operadores de telecomunicaciones que han destinado inversiones multimillonarias a hacer realidad el perseguido sueño de la ubicuidad de las personas. En 2018 se iniciaron los primeros pilotos en países como Finlandia o Estados Unidos. A partir de ese momento, en solo dos años se ha logrado que más de 133 ciudades del mundo dispongan de estas veloces autopistas de la información.
Un salto de calidad
Por su instantaneidad, capacidad para conectar objetos, además de personas, el uso generalizado de la nueva red 5G significará un avance cualitativo si se compara con las generaciones móviles previas (3G y 4G).
Pero ¿qué diferencia a 5G de las generaciones móviles anteriores? La respuesta es que esta tecnología eleva la velocidad de transmisión hasta los 20 Gigabits por segundo, frente a 1Gbps de 4G, lo que facilitará, por ejemplo, la ubicuidad para estar presentes en cualquier momento y lugar de forma virtual.
También amplía la capacidad de transmisión de grandes volúmenes de datos de manera bidireccional, habilitando la transmisión de video en 8K incluso en movimiento, como ya se ha demostrado en pilotos en Japón sobre la red de trenes bala desplegada en este país. La baja latencia, o tiempo de espera en los accesos y descargas, menor a 1ms, resulta decisiva para el control remoto de actividades en tiempo real como, por ejemplo, operaciones quirúrgicas a distancia o el coche autónomo para el que, por motivos evidentes para la seguridad, no pueden permitirse retardos en la respuesta.
Impulso al desarrollo socioeconómico mundial
Este conjunto de mejoras se traducirá en ventajas para todos. Catapultará la transformación digital de las empresas, instituciones e industrias que, en menos de dos años, habrán incorporado la tecnología 5G para hacer más eficientes sus procesos y abrir la puerta a su innovación estructural a través de la adopción de nuevas tecnologías.
Además, ofrecerá nuevas oportunidades de negocio tanto para los operadores, que podrán ofrecer a sus clientes innovadores servicios y aplicaciones inimaginables a día de hoy, como para otras industrias que ya estudian el despliegue de redes privadas 5G. Añadir que también actuará como la llave que pondrá en marcha el ralentizado motor de la economía mundial.
Los analistas del sector de las telecomunicaciones confían en que la potencia de la nueva red, genere nuevas experiencias inmersivas, como la asistencia virtual a eventos culturales y deportivos o el disfrute de espectáculos desde ángulos inverosímiles a día de hoy. Esto nos lleva a pensar en la reducción de desplazamientos y de emisiones que conllevará este nuevo ocio.
En todo caso la gran prueba de fuego de 5G se dará en los próximos meses cuando empecemos a ver eventos deportivos o actuaciones musicales retransmitidos en vivo con visión en 360º y resolución 8k, algo manifiestamente inviable sin la capacidad, velocidad y baja latencia que proporciona 5G.
Los datos serán la clave en la base de las nuevas aplicaciones 5G
La capacidad de 5G para conectar millones de dispositivos y objetos, haciendo realidad el IoT, supone un desafío para el análisis y el procesamiento de los datos, cuya multiplicación no cesa en plena era digital. Los analistas estiman que un coche autónomo genera alrededor de 4TB de información al día y la realidad es que, actualmente, existen 50.000 millones de dispositivos conectados a servicios de red, lo que significa multiplicar por seis la población mundial, que está cifrada en 7.700 millones de personas, según la ONU.
Esta ingente cantidad de datos generados por personas y dispositivos ha forzado a replantear su gestión.
Gracias a las redes 5G, única infraestructura preparada para dar soporte a IoT de forma masiva, se ha evolucionado a un modelo de procesamiento de información que elimina la necesidad de que los datos viajen miles de kilómetros hasta Data Centers lejanos, siendo procesados en el mismo dispositivo o cerca de él.
Hablamos del Edge Computing, una opción que produce una reducción relevante en la latencia, así como en los volúmenes de procesamiento y transporte de la información por la red. En paralelo, y con el fin de optimizar y flexibilizar las infraestructuras 5G, ha surgido el Network Slicing, que permite a los operadores de servicios dividir una red física en capas, a modo de distintas redes virtuales, de cara a una gestión más eficiente de la capacidad de red en función de la demanda y de la calidad requerida por los distintos servicios.
Una vez superadas las cuestiones técnicas, aflora un nuevo desafío para el ecosistema de operadoras e industria que ha promovido el desarrollo y despliegue de la tecnología 5G, y es identificar las aplicaciones y servicios que ofrecerán a los usuarios un nuevo universo aún por descubrir de experiencias tan atractivas como disruptivas.
En esta línea trabaja ya la operadora japonesa NTT Docomo, que ha lanzado un programa dirigido a la cocreación de nuevos servicios y la aplicación de tecnologías que mejoren la vida de las personas, así como los procesos empresariales. Este programa, en el que ya colaboran 2.700 empresas, algunas de la talla de Yamaha, Fujitsu o Mitsubishi, está abierto a la participación de otras compañías.
Su objetivo es establecer un ecosistema para el desarrollo de aplicaciones en movilidad que, usando las inmensas capacidades de la red 5G y de tecnologías como la inteligencia artificial, y la realidad virtual o aumentada, ofrezcan al conjunto de la sociedad herramientas útiles para optimizar procesos y, en suma, para avanzar hacia un entorno socio económico más colaborativo, eficaz, flexible y conciliador. Un entorno que, en definitiva, aporte progreso y calidad de vida para todos.
Por: Fernando Rex, Head of OSS, Network & Operations en everis Europa.