Un centro de datos altamente virtualizado, con máquinas virtuales a las que se accede por un portal web y un método para monitorizar el consumo de esos recursos. Ese es un panorama bastante habitual en muchas empresas y que algunos llegan a denominar como nube privada. Y es que, pese a lo que muchos creen, el autoabastecimiento y el intercambio de recursos por medio de máquinas virtuales no garantizan por si solas la nube.
Un error de denominación más que frecuente. Y es que, de acuerdo con un nuevo informe de Forrester Research, el 70% de lo que los administradores de TI definen como nubes privadas no lo son.
¿Es un simple conflicto lingüístico o hay algo más? Según los expertos de Forrester, si el departamento de TI se conforma con llamar cloud privada a algo que no lo es en realidad pueden establecerse expectativas poco realistas para los usuarios, quienes podrían decepcionarse cuando descubran las limitaciones de su autoabastecimiento o de sus sistemas.
En ese sentido, la mayoría de los expertos en la nube han llegado a un consenso sobre la definición del cloud computing, ya sea público o privado, que tiene las cinco características señaladas por el Instituto Nacional de Estándares de Tecnología de E.U. (NIST). Entre estos factores se encuentran elautoservicio para los usuarios, el acceso a una red amplia, recursos compartidos, capacidad para escalar elásticamente estos recursos y medición del servicio.
Si no se cumplen todos y cada uno de esos cinco factores, no es técnicamente una nube. La virtualización, que permite compartir recursos y un cierto autoabastecimiento, es un ingrediente esencial para el cloud pero en sí misma no crea una nube.
Mike Adams, director de marketing de VMware, afirma en esta línea que una nube privada incorpora capacidades de gestión más sofisticadas en la parte superior de un entorno virtualizado, dándole las cualidades descritas en la definición del NIST.
Contrario a esta visión es Andi Mann, vicepresidente de Soluciones Estratégicas de CA Technologies, quien cree que esto es un problema meramente semántico y afirma que “a veces, el 80% de la nube es lo suficientemente bueno, lo que importa es que los clientes logren lo que están buscando, aunque lo llames técnicamente un entorno virtual altamente eficiente”.
Volviendo a las conclusiones del informe de Forrester, dicho estudio explica también que la principal causa de este lavado de cara de la virtualización no es otro que el miedo generalizado a la nube. Este temor, unido a la tendencia y la publicidad constantes en favor del cloud, hace que muchos CIO opten por implantar algún tipo de tecnología de virtualización y denominarla falsamente como cloud privada.