La contingencia sanitaria aceleró la migración al entorno digital en búsqueda de la continuidad de operaciones. Una gestión remota del suministro de energía es clave para garantizarlo.
El avance de la contingencia sanitaria desplazó a sus hogares a más de 3,900 millones de personas en el mundo, de acuerdo a informes de la AFP. Un hecho sin precedentes que aceleró la migración de las empresas hacia el entorno digital en la búsqueda desesperada de una continuidad de operaciones mediante esquemas de trabajo a distancia.
Esta evolución en los modelos de negocio ha permitido tomar las medidas necesarias para minimizar el impacto del cierre en las economías; no obstante, la persistencia en las fallas de la red eléctrica continúa suponiendo un riesgo para la infraestructura de misión crítica.
Tan sólo durante 2019, las pérdidas ocasionadas por fallo o robo a la energía rozaron los 55 mil mdp para la CFE, mientras que, para la IP, este valor es incalculable, sin embargo, la súbita interrupción en el servicio ha generado pérdidas al 90% de las empresas en el país, según un informe publicado por Mexis.
El Instituto Mexicano para la Competitividad reveló que se pierde alrededor del 16% de la energía producida anualmente, colocando a México como el país con el más alto índice de pérdidas económicas en transmisión y distribución de suministro de energía a nivel mundial.
A pesar de ello, este fenómeno está lejos de ser una afectación exclusiva de México. Durante el 2012, la compañía de teléfonos inteligentes BlackBerry, que por aquel entonces contaba con una cuota del mercado mundial superior al 25%, reportó pérdidas por arriba de los 350 millones de dólares luego de registrar una interrupción en sus sistemas operativos que se extendió por cuatro días.
La falla, que se extendió por todos los continentes, terminó formando parte de la debacle de la organización debido a que este problema suscitó la migración masiva de clientes corporativos y de usuarios móviles, resultando en un golpe de suerte para sus competidores. Actualmente, la empresa tecnológica cuenta con una participación en el mercado mundial menor al 5%.
“Los cortes y variaciones en el suministro de energía han representado siempre una grave amenaza para la productividad, y ahora, frente a la vulnerabilidad en la que nos encontramos debido a que atravesamos un proceso de migración hacia la digitalización mientras sorteamos la mayor crisis económica de la historia, la puesta en marcha de un plan de contingencia permitirá consolidar nuestros esfuerzos de transformación”, comenta Alejandro Sánchez, director general de CyberPower Systems México.
La evolución y la infraestructura crítica
El crecimiento económico se ha desarrollado a la par de una estrecha relación de dependencia energética donde, incluso con la evolución de los modelos de negocio, las industrias requerirán de una fuente de energía óptima y confiable, capaz de mantener en marcha los sistemas productivos.
Con el mejoramiento de dichos procesos, la infraestructura de misión crítica se consolida como todo aquel sistema que necesitará mantenerse operante 24/7, ya que una interrupción en el suministro de energía desencadenaría afectaciones que comprometerían la productividad y confiabilidad de la compañía.
Asimismo, diversas industrias han visto intensificada su necesidad de contar con una fuente de energía de respaldo conforme se han desarrollado los avances tecnológicos en función de la mejora de los procesos y servicios.
De igual manera, a la par que aumentan los fenómenos meteorológicos de gran magnitud, se desarrollan políticas ambientalistas que contemplan cortes de energía programados a fin de disminuir las emisiones de carbono a la atmósfera.
El respaldo de la energía mediante sistemas de UPS de misión crítica protegerá los sistemas conectados a la red eléctrica ante eventuales cortes o fallos de energía, manteniendo a salvo la infraestructura, garantizando la continuidad de negocio y disminuyendo la huella de carbono.
La administración remota de la energía se reafirma como una solución idónea para la consolidación y fortalecimiento de la continuidad de operaciones en medio de una economía cada vez más digitalizada y una sociedad hiperconectada, donde los conceptos de trabajo y educación a distancia en ciudades inteligentes formarán parte de la nueva normalidad.
Un plan de contingencia
El poder ininterrumpido de los servicios se ha convertido en un elemento crucial del plan de continuidad de negocio. Es de suma importancia contar con plan de contingencia de protección del suministro de energía que permita blindar la continuidad de los servicios. El uso baterías de respaldo asegura la protección contra fluctuaciones en el voltaje y el ruido eléctrico.
“La incorporación de unidades de distribución de energía, (PDUs) monitoreables hacia todos los equipos dentro del centro de datos, aunado a la inclusión de una tarjeta de red en la gestión de los UPS de misión crítica y la integración de una plataforma de software de administración de la infraestructura eléctrica, permitirán monitorear de manera remota la energización de los equipos, programando mantenimientos periódicos, lo que garantizará la integridad de todos los sistemas productivos. Tomar las medidas adecuadas en este momento asegurará la continuidad de la compañía en un futuro”, concluyó Alejandro Sánchez.