Querétaro se ha convertido en el último año en un imán de Data Centers. Muchas empresas de TI han apostado por ese territorio, mientras que otras lo evalúan como enclave para la infraestructura de almacenamiento, desde donde se soportan las operaciones de nube de miles quizá millones de empresas en el país y a escala global. Al cierre de 2020 se construían seis grandes centros en los municipios de El Marqués, Colón, Pedro Escobedo y San Juan del Río que conjuntarán una oferta de 48 megawatts (MW), con inversiones por $1,050 millones de dólares y que significarán 1,152 empleos, de acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Sustentable, lo que hace cada vez más imprescindible monitorear un Centro de Datos para detectar alguna falla, daños y averías.
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A pesar de la pandemia y los escenarios poco positivos para el crecimiento económico en México, la entidad destaca como un complejo de Centro de Datos debido a la seguridad y su ubicación cerca de las áreas urbanas más extensas del país, además de su baja exposición a terremotos.
«Los Centros de Datos están en el corazón de cada infraestructura de TI y son fundamentales para la misión de todas las empresas. Debido a la evolución técnica, la complejidad de un Centro de Datos sigue aumentando y, si falla, lo más probable será que la empresa quede sin operación. No importa si está en la Nube, en una solución híbrida o en las instalaciones: en última instancia, la TI se lleva a cabo en las computadoras físicas de un edificio: el Centro de Datos», comenta Luis Arís, Gerente de Desarrollo de Negocios para Paessler Latinoamérica.
Para garantizar un excelente rendimiento y un correcto funcionamiento de un Centro de Datos –explica Arís-, es esencial vigilar constantemente una amplia gama de distintos componentes, tanto en TI como en las instalaciones, para detectar lo antes posible alguna falla, daño o desperfecto:
- Red e infraestructura de TI. Se debe monitorear el hardware (como racks de servidores, computadoras, sistemas de almacenamiento, switches y routers), así como el tráfico de datos y las aplicaciones.
- Instalaciones. La energía y la temperatura son esenciales para las operaciones del Centro de Datos. Las alteraciones o incluso las fallas causan daños masivos; el seguimiento continuo es fundamental.
- Seguridad. El Centro de Datos está doblemente en riesgo, a nivel de TI: ataques DDoS, virus, troyanos y amenazas similares, y a nivel físico: fuego, agua y accesos no autorizados.
Diferentes equipos enfrentan diferentes desafíos
Además de la infraestructura de TI, las instalaciones también juegan un papel importante al monitorear un Centro de Datos. Estos son dos mundos más o menos separados que a menudo persiguen enfoques diferentes y generalmente son operados y mantenidos por varios equipos. Si bien en el mundo de las Tecnologías de la Información se utilizan protocolos como NetFlow, FTP o WMI, la comunicación en las instalaciones suele basarse en Modbus TCP u OPC UA. Sólo se usa SNMP en ambos mundos, aunque este protocolo de red juega un papel mucho más importante en TI que en las instalaciones.
Monitoreo de la seguridad del Centro de Datos
La seguridad del Centro de Datos es otro aspecto clave para TI al que se debe prestar especial atención. Además de los riesgos de infraestructura y redes de TI ya mencionados, también se deben considerar los requisitos para las instalaciones y los aspectos ambientales. El sobrecalentamiento o incluso los incendios de cables pueden causar daños masivos, así como las fugas en los sistemas de aire acondicionado liberan agua que puede causar cortocircuitos o dañar los equipos de TI, éstos son sólo dos ejemplos. La intrusión no autorizada también es un riesgo constante. Aquí se requiere una amplia tecnología de sensores para detectar humedad, temperatura ambiente, puntos calientes, humo y otras influencias ambientales. Los sistemas de CCTV también se pueden usar para vigilar la entrada de humo, fuego o agua, pero son principalmente para monitorear salas en busca de entradas no autorizadas.
«Es indispensable contar con un sistema que pueda monitorear todos estos sensores y sistemas las 24 horas del día, los 7 días de la semana con respecto a la disponibilidad y el funcionamiento y, al mismo tiempo, recopilar los datos de vigilancia, mostrarlos en paneles de control claramente organizados y que estén integrados a un sistema de alarma central», concluyó Arís.