Los centros de datos siempre han sido instalaciones seguras altamente controladas, pero el incidente del 11 de septiembre implicó cambios que llevaron la protección física y la seguridad informática a niveles superiores.
Hoy, los centros de datos son mucho más propensos a tener múltiples puntos de seguridad que pueden integrar barreras físicas a prueba de golpes y sistemas de identificaciçon biométrica.
Ya no es tan común que los centros de datos se construyan cerca uno del otro. Y es más probable que sean construidos fuera de zonas urbanas.
“Los diseñadores de centros de datos siempre han tomado en cuenta las preocupaciones de seguridad”, expresó Tad Davies, vicepresidente ejecutivo de Bick Group, proveedor de servicios de TI. “Pero el 11-S provocó que abriéramos nuestro pensamiento a una escala masiva”.
Davies comentó que una compañía reubicó su centro de datos en una locación a cuatro horas de distancia en carro de sus centros de datos de respaldo. La razón: querían asegurarse de que el personal de TI pudiera acceder fácilmente a las instalaciones por vía terrestre en caso de que la transportación aérea se cerrara, como fue el caso del 11 de septiembre.
Kris Domich, uno de los consultores principales de Dimension Data, dijo que el 11-S ayudó a incrementar la distancia aceptable entre las locaciones primarias y secundarias. En vez de tener los centros de datos dentro de un radio de manejo relativamente rápido, las distancias mínimas pueden variar entre las 100 y 1,000 millas, o aún más.
Este incidente también motivó a las empresas privadas y agencias gubernamentales a cuestionarse qué centro de datos deberían ser colocados en áreas urbanas. Hay otros factores que influencian el lugar en donde las empresas deciden construir sus centros de datos, especialmente los relacionados con costos energéticos y preocupaciones por desastres naturales.
Ken Brill, fundador del Uptime Institute, dijo que el 11-S reveló que muchos centros de datos de las grandes compañías de servicios financieros estaban en sitios que no eran fácilmente asegurables. “La mejor defensa es la selección del lugar. Contar con hectáreas de terreno circundante es la mejor defensa, como en el caso de las instalaciones militares. Si este criterio se aplicara al sector privado se ahorrarían miles de millones de dólares en inversiones de centros de datos”, dijo.
La necesidad de defensas más robustas ha ayudado a los proveedores de centros de datos, que de manera tradicional se enfocan en la seguridad. Tal es el caso de Vantage Data Centers, que ofrece un espacio en un complejo ubicado en un campus de 18 acres; sus instalaciones cubren aproximadamente 310,000 pies cuadrados.
El CEO de Vantage, Jim Trout, dijo que las instalaciones están rodeadas por una alta reja capaz de contener el golpe de un auto. A partir de la entrada, hay cerca de siete puntos de revisión para los visitantes, incluyendo guardias, sistemas de identificación biométrica, cámaras y mecanismos de control de accesos que ayudan a limitar el acceso a las instalaciones y llevan un registro del paso de los visitantes.
Las instalaciones también tienen sistemas redundantes, incluyendo el sistema eléctrico. “No hay duda de que el 11 de septiembre impactó la forma en que los centros de datos se aseguran hoy en día”, concluyó Trout.