En la implantación de la nueva ley de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares (LFPDPPP), hay aún muchas personas que piensan que es solo cumplir con una disposición mas del gobierno y que si no hay reglamento, no hay nada que hacer.
Me permitiré contar la historia de Norma (nombre ficticio para ocultar la identidad real de la persona). Norma es una adolescente de 15 años, a quien un día su maravilloso profesor se le ocurre la brillante idea de pedir un trabajo sobre las sensaciones que causa en los jóvenes la pornografía.
Acostumbrada a ser la primera de la clase, destacada por su agudeza y cumplimiento ejemplar, Norma corre hacia el videoclub al que siempre a ido a pedir la ultima película de romance o aventura, sin descartar las clásicas de Disney, y temerosa pregunta al encargado sobre el tema de la tarea. El joven recomienda un título que cree sería muy bueno, pero está rentada, así que le pone en lista de espera y promete avisarle y reservar la película cuando la tenga.
El no lo sabe, pero el sistema ha agregado a las "preferencias" de Norma el tema "pornografía", así que en automático envía a su domicilio un amplio catálogo de películas triple y hasta quíntuple X. El conserje que le conoce desde pequeña, ve el catalogo y piensa "cómo se descompone la juventud tan pronto", lo comenta con su mujer y ésta a su vez con vecinas y conocidos hablan sobre "cómo ha crecido Normita" y sus extraños gustos por el sexo.
Los vecinos ahora le ven con interés "especial" y algunos ya hasta se imaginan cumpliendo alguno de los sueños de Normita.
Pues bien, si analizamos un poco resulta que el videoclub jamás pensó que los datos personales como nombre, domicilio, correo y teléfono, fueran datos sensibles y el responsable de Informática y el de Jurídico, recomendaron a la empresa no hacer nada hasta que saliera el reglamento. Ojalá ninguno de ellos sea el padre de Normita.
La LFPDPPP defiende el derecho universal mas preciado por el ser humano, SU PRIVACIDAD, así que todos estamos obligados a cumplirla, con o sin reglamento. El decir que tenemos una pagina en internet con nuestro aviso de privacidad, no es suficiente. Tomar un curso o comprar el ultimo modelo de firewall tampoco. Se empieza por el principio, por la empresa misma y su gente, pues alguien seguramente será familiar de la recién bautizada: "Norma la sucia".