
Por Rodrigo Llop, Director de Desarrollo de Negocios de SAS Latinoamérica Norte
Ya sea por su diseño o de manera predeterminada, la administración de información corporativa ya ha pasado por un enorme cambio evolutivo en los últimos 50 años. Quienes no evolucionaron se extinguieron. Varias décadas han sido testigo de la evolución, primero de las grandes máquinas manuales de negocios con las formas en carbón de los años 50 a las fotocopiadoras en los 60, los marcos monolíticos de los 70, las computadoras personales, fax y módems de marcación en los 80 y el Internet de alta velocidad en los 90.
Este milenio continúa con la tendencia tecnológica, pero las nuevas realidades del negocio nos obligan a ver más allá de la arquitectura y de los mecanismos de entrega para identificar el valor a largo plazo de la información que se obtiene.
Sin importar lo simple o complicada que sea la arquitectura actual de una organización, hay un camino lógico a lo largo de la evolución para llegar a ser una entidad “inteligente” basada en la información. Los esquemas para la administración de la información evolucionan a través de cinco fases o niveles, cada uno basado en la correcta gestión de infraestructura, procesos de conocimiento, capital humano y cultura.
· Nivel 1 – Operar: en este primer nivel los líderes individuales tienen autoridad sobre el uso de la información: la infraestructura de la información (procesos de gobernabilidad y tecnología) es inexistente, limitada, altamente variable o subjetiva. Tienen métodos individuales para buscar y analizar la información y sus resultados individuales son adoptados como la “verdad corporativa” sin la validación necesaria.
· Nivel 2 – Consolidar: las decisiones se basan en la orientación departamental: existen islas independientes y departamentales de información donde la consolidación y acceso a los datos, así como las medidas empresariales, se llevan a cabo por departamento y no son las mismas en toda la compañía. Existen múltiples interfaces y extractos de datos provenientes de bases de datos operativas que reflejan distintas versiones de la verdad.
· Nivel 3 – Integrar: en este nivel la compañía ha reconocido el valor estratégico y competitivo de la información, así mismo ha definido un marco para la administración de la información a fin de satisfacer los objetivos de la organización. En lugar de simplemente enfocarse en los individuos odepartamentos, las soluciones de informática mejoran la habilidad de la organización para generar valor para los clientes.
· Nivel 4 – Optimizar: las compañías que se encuentran en el nivel 4 son ágiles, adaptables y óptimas para lograr la eficiencia, mientras que se ajustan constantemente a los mercados cambiantes. Tienen una mentalidad de mejora continua y el contexto de la información se basa en el flujo de trabajo.
· Nivel 5 – Innovar: estas compañías ya han implementado un modelo administrado para lograr una ventaja competitiva sustentable por medio de la generación constante de nuevo valor. Con base en nuevas ideas se desarrollan con rapidez desde su concepción hasta su cristalización. La información sobre toda la industria es accesible, saben aceptar los fracasos y los toman como experiencias de aprendizaje. Emplean la información para predecir y gestionar nuevos riesgos empresariales.
El marco de administración de la información ya no es una estructura complementaria y de apoyo, ahora es la base fundamental del desempeño de la compañía. Comprender cómo se obtiene, verifica, almacena, accede y distribuye la información en estos momentos es básico para la supervivencia y rentabilidad de una organización.
La buena noticia es que sin importar qué tan simple o convencional sea la arquitectura actual de la información en una organización, la ruta lógica ha sido plasmada para guiar la evolución y convertirse en una entidad “inteligente”, basada en la información.
A pesar de los avances tecnológicos alcanzados en las últimas décadas, la mayoría de las compañías aún operan en un nivel básico de administración de la información— es decir un nivel 2 de 5 puntos. El problema es que las realidades de los nuevos negocios están agitando las expectativas y haciendo que sea cada vez más importante administrar la información con mayor efectividad.
El clima emergente empresarial ejerce más presión que nunca para aquellos ineficientes que reaccionan con lentitud. Quizá las formas anteriores de administrar la información hayan funcionado en el pasado, pero ya están limitando a algunas organizaciones y llevando a otras a la perdición. Es momento en que las compañías revalúen sus métodos para administrar y usar la información y se esfuercen por evolucionar sistemáticamente para así lograr modelos competitivos en la administración de la información.
En la economía de antes, los atributos de productos y servicios eran diferenciadores competitivos sustentables. En la actualidad, la ventaja se evapora rápidamente al tiempo que los competidores entran a la escena. El único diferenciador que prevalecerá es la información de calidad, lo que realmente permite que las organizaciones respondan al cambio constante externo con renovación e innovación. Por ello, la estrategia para la administración de la información de una compañía puede ser su activo más importante o bien, su déficit más limitante. ¿Usted ya sabe en qué nivel se ubica su empresa dentro de este modelo de evolución y cómo lograr posicionarla donde debe estar?