
Las nubes están claramente en el horizonte TI y, de acuerdo con las previsiones de Gartner, más de un 40% de los CIO creen que la mayoría de sus operaciones TI estarán en modalidad cloud antes de 2015.
Pero ni tan siquiera la nube es el salvavidas que todos los CIO esperan. La fiabilidad, la seguridad y las pérdidas de datos seguirán causando dolores de cabeza a los departamentos de TI, con el agravante de que encima tendrán menos control sobre el personal que gestiona los sistemas cloud.
“Las pérdidas de información son inevitables en cualquier organización, sea cual sea su planteamiento, incluyendo la nube”, afirma Abhik Mitra, product manager de Kroll Ontrack. “Los negocios deben prepararse para lo peor en tanto que deben diseñar un plan ante las posibles caídas del sistema, la recuperación y migración de la información e incluso, la pérdida catastrófica de los datos. La seguridad siempre va a ser un tema caliente, por mucho que avancen las soluciones en este terreno”.
La nube también introduce un nuevo problema: cómo las organizaciones están calculando tanto su gasto en TI que en ocasiones las áreas de negocio pueden contratar sus propios servicios cloud (atraídos por su precio) sin contar con la supervisión del CIO o su departamento.
Esta práctica puede suponer un importante riesgo a la hora de gestionar de una forma conjunta y global todos los servicios cloud de la compañía, añadiendo una complejidad hasta ahora mucho menor, al ya difícil panorama de las compañías.