Recuento de las telecomunicaciones en el sexenio pasado

La naturaleza y las sociedades no regimos por ciclos, naturales, calendarios, económicos, políticos, entre otros. Parece una tentación casi inevitable hacer un breve recuento ahora que se aproxima el cierre del ciclo sexenal, sobre los avances y los no avances que atañen al sector de las telecomunicaciones en México, para así vislumbrar el camino a seguir en el nuevo comienzo.

Los cambios en el periodo han sido muchos y variados, especialmente en una industria donde el avance tecnológico ha demostrado ser el eje central del desarrollo, adelantándose incluso a la misma regulación, que ha debido adaptarse a las nuevas circunstancias.

Seis años parecieran no ser mucho tiempo, y en términos macroeconómicos se considera su proyección como mediano plazo, especialmente al considerar un sector basado en la infraestructura como son las telecomunicaciones. Sin embargo, medido en tiempo tecnológico y de las telecomm representa una impresionante sucesión de eventos y hechos, o al menos esa es la experiencia en buena parte del mundo. ¿Y en México?

Mucho ha cambiado en este tiempo, y aunque pareciera que nuestra vida es igual, hoy consideramos indispensables algunos elementos de la conectividad como las redes sociales y la mensajería instantánea a través de dispositivos móviles, pero todo esto era apenas un proyecto hace apenas 6 años.

En este sentido, vale la pena dividir el recuento en 3 grandes rubros: tecnología, mercado y regulación. Respecto a la tecnología, basta decir que hace 6 años lo más común era observar predominancia de las telecomunicaciones fijas, no sólo en el ámbito de la telefonía sino del internet, ya que las velocidades ofrecidas difícilmente podrían ser consideradas como lo que conocemos actualmente con el nombre de banda ancha. Dentro de las telecomunicaciones móviles, a las que hoy nos referimos de esta forma por la amplia gama de servicios que ofrecen, y que ya no se limitan sólo a la telefonía, podemos observar que la tendencia estaba enfocada principalmente hacia los servicios de voz y SMS. Por el lado de los dispositivos, el concepto de Smartphone ni siquiera era conocido, teniendo en su mayoría feature phones con capacidades básicas.

Por el contrario, hoy es posible mantenerse conectados permanentemente mediante un plan de datos y, según diversos estudios, por ejemplo revisar el celular es la última actividad que realizamos antes de acostarnos y la primera al levantarnos por la mañana. Más de 20 millones de líneas cuentan con un Smartphone y 10 millones cuentan con algún plan de datos, ambas con tasas de crecimiento de dos dígitos que aumentan aceleradamente su adopción entre la población mexicana. Si antes estos servicios eran considerados un lujo, ahora son elementos esenciales para la productividad y el desarrollo económico, aunque sus precios siguen representando una importante barrera de inclusión para los NSE más bajos.

Por el lado del mercado, vimos un destacado crecimiento tanto en términos de ingresos como en el número total de suscriptores en todos sus segmentos. Los ingresos pasaron de $25.8 millones de dólares en 2006 a poco más de $32 millones en 2012, lo que representa un crecimiento de casi 25%, con una tasa media anual de 4%, más del doble de lo que creció la economía nacional en el mismo período. Así, el mercado mexicano se consolida, de acuerdo con la OCDE, como el onceavo más representativo a nivel mundial.

Las líneas fijas registraron una importante caída en el sexenio, situación que no debe generar preocupación debido a la creciente sustitución de comunicación que ofrecen las telecomunicaciones móviles y banda ancha. Las líneas móviles presentaron un crecimiento de 185% al pasar de 52.9 millones en 2006 a 97.9 millones en 2012, brindando una creciente oportunidad de adopción para los mexicanos. La banda ancha fija vio un crecimiento de 450%, alcanzando 14.8 millones de conexiones y la banda ancha móvil surgió prácticamente de la nada hasta superar los 10 millones de accesos actuales.

Finalmente, toca el turno a la regulación y el marco legal, que en conjunto conforman la política del sector. Y en este sentido siguen siendo los mismos temas que achacaban a la industria hace 6 años que necesitan atención hoy día. El mercado sigue presentando elevados niveles de concentración en todos sus segmentos y no ha habido regulación de dominancia mediante disposiciones asimétricas o alguna otra medida similar. Tampoco ha habido una política integral de maximización del uso y aprovechamiento del espectro, y todos los esfuerzos por consolidar una estrategia digital nacional se han quedado en el papel. Aún queda mucho por hacer por las telecomunicaciones mexicanas, esperemos que la nueva administración aborde estos temas de manera eficaz, con una mirada fresca y dirigida directamente desde el Ejecutivo Federal para alcanzar un cambio verdadero en beneficio de los mexicanos.

 

Por Ernesto Piedras y Diana Fernández