
Hace apenas unos meses que en Estados Unidos se habló sobre un tercer intento de regulación en internet, la iniciativa CISPA (antes se detuvieron las propuestas de las leyes PIPA y SOPA), y ahora la amenaza a la privacidad de los usuarios de internet aparece en el continente europeo.
De acuerdo con el portal RT.com, el Parlamento de Londres debate sobre la conveniencia de permitir al gobierno del Reino Unido vigilar lo que los ciudadanos británicos escriben y publican en la web.
El gobierno inglés propuso la Communications Data Bill como una iniciativa de inteligencia que más bien ha sido percibida como un régimen de control que otorgaría acceso total a los servicios de inteligencia británica para monitorear quién habla con quién, cuándo y dónde. Pero los creadores de la legislación argumentan que el objetivo es proteger a los ciudadanos contra crímenes como abuso de menores y terrorismo.
La idea es colocar dispositivos denominados como Black Box, o caja negra, en los proveedores de internet del país. De esta manera podrán filtrar y decodificar las comunicaciones cifradas, incluyendo redes sociales y correo electrónico. Esta es una amenaza flagrante a la privacidad de los ciudadanos.
Actualmente, el gobierno inglés cuenta con una regulación denominada RIPA (Regulation of Investigatory Powers Act) que permite a los ISP monitorear los números telefónicos y los correos publicados en las páginas web, pero el nuevo documento les daría acceso total a la actividad de sus usuarios.
El Ministerio de Interior del Reino Unido explica que solamente se recopilará información y datos sobre el remitente y el destinatario, pero no el contenido de la comunicación. Bueno, esos datos son más que suficiente para suponer un riesgo tal vez mayor que el de ser víctima de un delito en la web.
Julian Huppert, activista liberal demócrata, dijo al Financial Times que, tal y como está escrita esta regulación, otorga un poder demasiado amplio al Gobierno, permitiendo un ejercicio de recopilación de datos que no es razonable y controlando flujos de información en la red de manera inaceptable.
El abogado Aaron Swartz considera que esta propuesta significaría lo mismo que permitirle al gobierno abrir todas las cartas del servicio postal de correo, para fotocopiarlas y almacenarlas.
Más aún. La concentración de datos personales en estas cajas negras se volvería un jugoso botín para muchos posibles atacantes…
En opinión de Swartz, más allá de los temas de privacidad inherentes a la recopilación de datos, surgen las dudas de qué pasaría si los datos llegan a manos de otras personas. Cualquiera podría hacerlo: "un hacker, un empleado del ISP o un funcionario público malintencionado podrían robar toda la información personal de esas cajas negras", dijo.
Jim Killoc, director ejecutivo de Open Rights Group, coincide: "si uno junta toda esta información y la coloca en un sitio, con una puerta de acceso para poder hacer consultas, habrá mucha gente -desde gobiernos hasta bandas de criminales- que encontrarán realmente útil la información almacenada" y buscarán conseguirla.
Mientras continúa el debate en el Parlamento, tal vez sea hora de ir llamando a la Liga de la Justicia Cibernética.
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