¡Cuidado con el robo de identidad!

El uso de la tecnología cada día permite a las personas realizar muchas transacciones en la comodidad de su hogar u oficina. Basta abrir un navegador Web, dar algunos clics, proporcionar cierta información de seguridad al portal al que se conecta y listo. Este confort que aporta la modernidad implica un cierto grado de “ausencia transaccional” y que todo cuanto necesitan las empresas para poder realizar distintos trámites sea su identidad digital, la cual está conformada por un conjunto de datos personales cuya confidencialidad no está asegurada ni por las empresas con que tratamos ni por nosotros mismos. Una persona mal intencionada podría obtener nuestros datos de muy diversas formas y luego utilizarlos para realizar transacciones a nuestro nombre ocasionándonos pérdidas de dinero e inculpándonos de delitos y fraudes de los cuales será complejo salir y limpiar nuestro nombre. La forma de operar es muy sencilla: un delincuente puede obtener todos nuestros datos por muy diversas formas, robando nuestro correo postal, esculcando nuestra basura o simplemente preguntándonosla. ¿Cuántas veces ha llenado formularios en Internet con sus datos para realizar cualquier trámite? ¿Cuántas veces le ha dado información a extraños para llenar una encuesta, completar una solicitud, participar en una rifa, etcétera? ¿Tiene usted la certeza de que esas personas eran quienes decían ser? Pero, ¿Una vez con nuestros datos que daño pueden hacernos? Pueden tramitar identificaciones falsas con todos nuestros datos correctos, pero con su foto; abrir una cuenta en un banco con unos pocos pesos; pedir una chequera o una tarjeta de crédito y hacer compras a nuestro nombre que no van a pagar. Pueden contratar un teléfono celular; pedir tarjetas de crédito adicionales con cargo a su cuenta; pueden obtener un crédito para adquirir un automóvil; pedir empleo usando su nombre y su currículum; contratar servicios médicos; solicitar el cambio de dirección de correo postal a distintas empresas y recibir ellos nuestro correo, incluso tarjetas de crédito originales, etcétera; la lista es bastante amplia. Finalmente lo que ocurrirá es que la víctima del robo de identidad recibirá las cuentas, los acreedores buscarán recuperar su dinero y el nombre de una persona puede quedar en entredicho y seguramente en el buró de crédito bloqueando completamente su credibilidad financiera además de sufrir embargos u otros trámites antes de poder demostrar que no fueron ellos los que hicieron las compras. En los Estados Unidos, desde 2005 el robo de identidad se ha convertido en el delito más popular, más lucrativo y menos riesgoso para los hampones. Con la intención de detener esta oleada de atracos la Comisión Federal de Comercio Norteamericana (FTC por sus siglas en inglés) han desarrollado una guía de protección contra este delito. Esta guía está planteada en tres grandes rubros: Detener, Detectar y Defender. Detenga a los ladrones de identidad protegiendo su información. El primer paso para evitar ser víctima del robo de identidad es la prevención. No divulgue sus datos personales a nadie a menos de que sepa con quién está tratando. Destruya o triture los documentos que contengan información personal antes de tirarlos a la basura. Nunca haga clic sobre enlaces de correos electrónicos no solicitados. No llene formularios ni electrónicos ni de papel que le pidan sus datos personales a menos que tenga la certeza de con quién está tratando y el motivo del por qué le solicitan esa información. Detecte la actividad sospechosa. Uno de los principales problemas para la víctima del robo de identidad es que se tarda algún tiempo en darse cuenta de que otras personas están haciendo operaciones a su nombre y eso les da tiempo a los ladrones para consumar el fraude y desaparecer. Revise sus estados de cuenta y valide que todas las operaciones que ahí se registran fueron hechas por usted. Asegúrese de estar recibiendo oportunamente sus facturas, estados de cuenta y otros documentos que se reciben por correo tradicional. Algunas señales a las que debe estar alerta porque pueden ser indicios de que está siendo víctima de este delito son las siguientes: Si recibe la negación de una transacción sin motivo aparente. Si recibe facturas, notas u otros consumos que no realizó. Si se le solicita la confirmación solicitudes de nuevas tarjetas de crédito, créditos u otras operaciones sin que las haya realizado usted. Finalmente, recuerde que puede consultar su situación en el buró de crédito en la liga http://www.burodecredito.com.mx/ una vez al año en forma gratuita. Defiéndase cuando tenga la sospecha de que ha sido víctima de este delito. Este puede ser un proceso tardado y complejo. Lo primero que tiene que hacer es presentar una denuncia de hechos. Preséntese ante la CONDUSEF para pedir la asesoría adecuada. La página es http://www.condusef.org.mx/. Cierre todas las cuentas comprometidas o que se han creado fraudulentamente y repórtelas a su institución financiera. Cualquier persona puede ser víctima del robo de identidad, no se confíe y proteja sus datos.