¿Recuerda las irregularidades de las elecciones de Estados Unidos en 2000, cuando George W.Bush ganó la presidencia a Al Gore por apenas 500 votos? Para que esto no ocurra, Estados Unidos ha tomado medidas y, a través del uso de las nuevas tecnologías, espera garantizar a sus ciudadanos la libertad de elegir quién quiere que dirija los designios del país los próximos cuatro años. A pesar de que el voto electrónico no es nuevo para el sistema electoral americano, éste siempre ha estado rodeado de polémica. Fue en 2000 cuando se probó por primera vez y en esa ocasión se asegura que cerca de 1.5 millones de votos electrónicos fueron borrados. Las siguientes elecciones, las de 2004, el e-voto también fue protagonista, pero por su “mal funcionamiento” ya que 4,500 votantes denunciaron que, cuando fueron a votar por el candidato demócrata, John Kerry, la máquina registraba su voto a favor de George W.Bush. Como dice el refrán, la tercera es la vencida, así que esperemos que en esta ocasión el voto electrónico no falle. Pero no se crean, son muchos los que opinan que este sistema de votación “tendrá problemas en más de una jurisdicción”. Problemas de configuración de la máquina en cuestión, que ésta no registre correctamente el voto, que la base de datos en la que tiene que registrarse la opción falle, que haya errores en la calibración de las pantallas táctiles o que la formación de los interventores sea deficiente son sólo algunos de los problemas que se pueden presentar durante esta jornada. Y para que eso no ocurra, algunos Estados han decidido no utilizar el e-voto. Entre ellos se encuentran California y Florida, quienes se han inclinado por unas máquinas de escaneado óptico, donde el voto queda registrado en una computadora. No obstante, éste, por si las moscas, también queda guardado físicamente en una urna, así se evita el escándalo de 2000. Aún así, diez estados confían en el voto electrónico, eso sí, con ciertas reticencias. Y, para que todo transcurra con normalidad, disponen de otros sistemas, por si acaso.