La incertidumbre sobre qué sucederá con WebOS continúa. La compañía compró el sistema operativo móvil a la compañía Palm por $1,200 millones de dólares y ha desarrollado varios dispositivos basados en webOS. Sin embargo, poco después de lanzar su tablet HP Touchpad, la HP anunció que paralizaba su fabricación y que se plateaba la venta del sistema.
Los discretos resultados en las ventas iniciales del Touchpad llevaron a tomar la decisión a HP. Desde entonces se han disparado los rumores sobre una posible venta del sistema móvil y sobre un cambio de negocio dentro de HP, más enfocado al software. En este contexto, Meg Whitman se ha hecho con las riendas de la compañía y se enfrenta al reto de decidir el rumbo de HP durante los próximos años.
En una entrevista en el diario Le Figaro de la que se hace eco The Guardian, Whitman ha confirmado que están sopesando qué hacer con su plataforma móvil. Según la CEO de HP, en dos semanas tomarán una decisión sobre si continuar con el sistema o venderlo. En caso de que decidan deshacerse de él, ya ha habido rumores de qué compañías podrían estar interesadas en adquirirlo. La que más fuerte ha sonado ha sido Samsung, que estaría buscando reforzar su posición después de que Google haya comprado Motorola.
Whitman también ha dejado caer que en los planes que están sopesando también está la posibilidad de que HP adopte otro sistema operativo. La CEO de HP no ha determinado a qué sistema se refiere, y se especula con Android o Windows Phone. En el caso de Android, se trata de un sistema abierto que ya se ha mostrado que se puede adaptar a los dispositivos HP en un tiempo considerablemente corto (ha habido desarrollos no oficiales de usuarios con el HP Touchpad).
En el caso de Windows Phone, podría producirse un acuerdo similar al de Nokia, con lo que HP se podría centrar en los dispositivos y Microsoft continuaría ampliando su catálogo de dispositivos.
En dos semanas HP despejará las dudas, y pondrá las bases de su nueva estrategia. Según The Guardian, los propios trabajadores están impacientes porque se estructuren las líneas de futuro de la compañía. Según un trabajador de la propia compañía citado por el rotativo inglés, actualmente la compañía es una “montaña rusa”, los cambios de estrategias y los cambios en la directiva han creado inestabilidad y todo el mundo quiere que llegue el orden para poder trabajar en una misma dirección.