En una empresa la generación de información es algo que nunca termina de ocurrir, un acercamiento a un prospecto, una venta, un soporte o servicio a un cliente, etc. todo genera información que resulta relevante tanto para la operación diaria del negocio como para poder, con ella, planear hacia el futuro las acciones que harán que la empresa crezca. Pero la información puede llegar por muchos medios y almacenarse en muchos lugares. La cadena de valor de una empresa comprende a tres elementos básicos: empresa, canales, y clientes, todos ellos generan información por sí mismos y es trabajo de la empresa hacer que todos estos elementos convivan y se integren para generar mayor valor económico que le permita crecer como negocio. Y ¿en dónde es que se almacena toda la información que genera una cadena de valor? pues desde un simple cuaderno hasta sistemas tan sencillos o complejos como un ERP, un CRM o una solución de Cadenas de Abastecimiento. Pero, el reto no radica sólo en recolectar esa información, ya que por sí misma no genera valor económico. Entonces el reto es hacer funcionar dicha información y para eso hay que entender para qué sirve y en dónde la encontramos. En una empresa hay dos tipos de información: Información Transaccional e Información Estratégica. La primera se refiere a todo el detalle de eventos que ocurren en el día a día del negocio y que nos permiten identificar los resultados de la operación diaria, por ejemplo un crecimiento en las ventas; sin duda se trata de información muy valiosa ya que es el termómetro de cómo es que está el negocio en este momento. Por su parte, la Información Estratégica es la que surge de la relación y el análisis de la Información Transaccional además de otras fuentes de información, por ejemplo: fuentes externas como indicadores de inversión en ciertos verticales, indicadores macroeconómicos, etc., que permiten proyectar hacia el futuro el desempeño del negocio y que sobre todo permiten generar, como su nombre lo dice, estrategias que resulten en mejoras para la empresa. Los dos tipos de información en un escenario ideal debieran convivir dentro de la empresa y ser transparentes para todos los tomadores de decisiones y en general para toda la empresa. Y claro, en la realidad de las empresas, esto no siempre pasa; las islas de información son una realidad y por muy pequeñas que sean dan como resultado sistemas desintegrados que no aportan el valor que debieran a la generación de valor económico en el negocio. Mucho se ha hablado de la integración de proveedores, clientes y empresa para hacer crecer los negocios; sin embargo, no podemos hablar de una verdadera integración con nuestra cadena de valor si al interior de nuestra misma empresa la información que se genera no está integrada. Y ¿qué es lo que resulta de una pobre integración de la información de una empresa? Pues lo natural será que no se genere el valor económico deseado y que se subestimen las inversiones en cualquier tipo de recurso incluyendo por supuesto los proyectos tecnológicos. Un proyecto tecnológico deberá por tanto justificar su presupuesto en tanto permita reconocer el beneficio que genera al negocio integrando a la cadena de valor. IDC considera que cualquier proyecto relacionado con la tecnología debe seguir un ciclo que permita desde determinar una necesidad hasta evaluar los resultados para así poder hacer ajustes y reiniciar el ciclo. Este ciclo se puede describir como el mapeo de eventos que ocurren dentro del negocio, por ejemplo una venta perdida, un cliente nuevo o un nuevo proveedor. Esto permite identificar las necesidades de los sistemas de información para que toda esa información se integre; el análisis de los eventos que ocurren nos ayuda a entender por qué fue que ocurrieron dichos eventos y así definir modelos para que sigan o no ocurriendo aplicando los ajustes a los sistemas actuales que nos permitan lograrlo ya sea con mejores procesos o estableciendo nuevos esquemas de trabajo, y en consecuencia tener una mejor administración del negocio. La Tecnología juega aquí un papel muy importante: la información se puede generar y procesar en diferentes sistemas como un CRM, una solución de SCM o un ERP. Estos sistemas se pueden ver como aplicaciones internas y/o externas; sin embargo, todas deben integrarse para así generar valor económico a la empresa. Soluciones como el Business Intelligence permiten que la integración y el análisis de la información impacten las operaciones diarias del negocio y además permiten formar estrategias que hagan que una empresa destaque en su mercado y no sólo sea un competidor más, sino que ayuden a los negocios a innovar en sus productos y así hacer crecer el mercado. Entonces, la tecnología juega un papel determinante en el camino que sigue una empresa que quiere ser líder en su mercado. Un líder en el mercado es aquel que innova en cuanto a sus productos y en cuanto a la manera que hace llegar los mismos a sus clientes; es decir, no sólo es innovador en la naturaleza del producto, sino en su estrategia comercial y tecnológica. Un líder en el mercado no sólo se preocupa por la operación del negocio; se preocupa por aprovechar todas las herramientas y la información que tiene a su alcance para adelantarse y planear a mediano y largo plazo. La integración de la información que genera la cadena de valor resulta determinante para que una empresa destaque de su competencia y sobreviva en este entorno competitivo de hoy. El hecho de poder evaluar el impacto de la integración de la información por medio de la tecnología -y no me refiero sólo al costo de propiedad- resulta de vital importancia para los tomadores de decisiones de las empresas. La figura de la Dirección de Sistemas, Telecomunicaciones, etc. está tomando cada vez más relevancia en los procesos de toma de decisiones estratégicas del negocio y por tanto debe justificar sus propuestas mediante el valor económico que generen las inversiones en este rubro integrándose con toda la cadena de valor del negocio. En opinión de IDC la integración de la información para la toma de decisiones estratégicas es un tema clave que toda empresa debe tomar en cuenta si su plan es destacar de la competencia y hacer crecer el mercado en donde se encuentra. Si la estrategia es sólo mantener la operación del negocio entonces la integración de la información no resulta tan relevante; sin embargo, se corre el riesgo de perder oportunidades ante una competencia que tenga integrada su información. Está en las manos de cada empresa decidir su futuro y también está en sus manos trabajar de la mano de sus proveedores de soluciones tecnológicas, quienes serán sus guías en este proceso de integración y quienes mejor pueden demostrar en la práctica la realidad de las opciones que existen en el mercado.