Intel deja el negocio de placas base de escritorio

Tras 20 años en este mercado, Intel iniciará el camino para abandonar este negocio, según declaró su portavoz Dan Snyder a la edición estadounidense de PCWorld. La compañía empezará su retirada tan pronto se inicie la transición a las CPU Haswell, y planea disolver la unidad de negocio en los próximos tres años.

Este movimiento de Intel responde a las presiones del mercado. Por un lado, simplemente no se necesitan tantas placas base para el escritorio como en el pasado. La demanda se ha desplazado hacia portátiles y tablets, así que Intel responde así a este cambio que se produce en el mercado. Por otro lado, compañías como Asus, Gigabyte o Asrock ya satisfacen la demanda existente con una gran variedad de placas base con características innovadoras.

Según Intel, desplazará los recursos de que dispone en placas base para escritorios a placas en otras alternativas de formato, como NUC (Next Unit of Computing) recientemente lanzado, una microcomputadora autónoma de 4×4 pulgadas. Intel también se centrará en mejorar los diseños de sistemas ultrabook y all-in-one. Los fabricantes podrán licenciar diseños completos o solo una parte para integrarla en sus propios productos. Este tipo de integración ya se encuentra en la placa base Thin ITX de Gygabyte para PC todo-en-uno.

Además, Intel destinará esfuerzos a ampliar su trabajo en Form Factor Reference Design (FFRD) para ayudar a sus partners OEM a desarrollar nuevos diseños de placas para placas base las PC de escritorio.

Snyder insistió en que Intel continuará ofreciendo soporte para sus actuales placas base a través de sus periodos de garantía, y mencionó también que ofrecerá las placas base de escritorio que soporten Haswell, vendiéndolas a lo largo de la vida del procesador Haswell. Esto quiere decir que las nuevas placas base de Intel permanecerán en el mercado durante al menos 18 meses desde que la nueva CPU esté en el mercado, y que el soporte de garantía se prolongará más allá de ese periodo.

El directivo también señaló que Intel sigue estando comprometida con los chipsets y CPU de escritorio, citando las CPU serie K y la tercera generación de CPU Extreme como ejemplos clave. La compañía seguirá soportando también un amplio conjunto de sockets de la placa base, incluyendo el LGA 2011 para entusiastas del rendimiento; los LGA 1155/1150 para procesadores convencionales, etc.

Intel comenzó a lanzar placas base en 1993 para soportar el ritmo en aumento de los lanzamientos de CPU. Antes de ese año, entregaba las CPU sin ningún soporte para la placa base, así que al entrar en el negocio era prácticamente una necesidad para acelerar las ventas de los procesadores. Intel estaba ya entregando chipsets para placas base a partners de fabricación, así que fue un paso natural.

Una decisión con sentido
Intel no fue nunca un gran jugador en este mercado, aunque había fabricantes OEM de PC que utilizaban sus placas. Asus, Gigabyte y muchos otros fabricantes de componentes capturaron la mayor parte del negocio de retail y marca blanca de placas base. Dado este escenario, no es una gran sorpresa que Intel centre sus esfuerzos en áreas que tienen potencialmente más impacto en su futuro crecimiento. Todos los segmentos del negocio PC están bajo una presión extrema, con las ventas y los usuarios gravitando en torno a tablets y smartphones.