
El duro trabajo de preparación de una solicitud para tercerizar servicios de TI (RFP) está detrás de usted. Ha reunido los requisitos. Ha alineado sus costos de servicio. Estableció las reglas para el proceso, al igual que los términos de los contratos requeridos. Esbozó un calendario de negociación detallado. Ahora es el momento de sentarse y ver las respuestas a la RFP (solicitud de propuesta). Pero no se relaje aún. Ocultos, dentro de esas respuestas del vendedor, pueden estar detalles que se ven muy bien en papel pero en realidad son bombas de tiempo establecidas para activarse una vez que el acuerdo está en marcha. Cuidado con estas nueve banderas rojas de una solicitud de externalización u outsourcing:
Cuidado con el proveedor que presenta un precio que es más del 10% menor que todos los demás licitadores. "Los competidores saben más o menos lo que cuestan cada uno", explica Mark Ruckman, un consultor de outsourcing con Sanda Partners. "Cualquier proveedor que baja mucho su precio, o bien trata de comprarse el negocio o no comprende el alcance".
¿Qué disgusta de una cláusula que estipula que el cliente y el proveedor cosecharán premios financieros compartidos resultantes de la mejora o la innovación? Mucho.
Los proveedores a menudo proponen que sus acuerdos de nivel de servicio (SLA) incluyen tanto los créditos de un servicio -un crédito financiero para el comprador por una meta no alcanzada de SLA- y las ganancias dobles -una manera de ganar de nuevo los créditos para el buen funcionamiento posterior. Sin embargo, el aparente valor de la propuesta de estos acuerdos a menudo no se sostiene, como las ganancias dobles a menudo pueden compensar los créditos, de acuerdo con Betty Breukelman, socia de la consultora en externalización Everest Group. "Aunque en un principio es atractiva, la existencia de ganancias dobles de crédito para el proveedor puede anular por completo los créditos, sobre todo si se consiguen muy fácilmente", sentencia Breukelman.
¿Cree que un proveedor no lo hará retroceder en su RFP? Piense otra vez. Cuando los proveedores no formulan objeciones o se toman la molestia de profundizar en los detalles del contrato de servicio, es una bandera roja, según Herrera de HFS Research.
La fase de transición a un acuerdo de outsourcing puede ser bastante cara. Algunos proveedores de servicios de TI pueden proponer el uso de cargos por los viajes relacionados con la transición, en lugar de incluirlos en sus propios costos. Eso casi siempre conduce a problemas.
Las mejoras continuas de SLA pueden ser algo bueno, pero solo si ofrecen valor para el cliente. Sin embargo, Herrera advirtió que "no tiene sentido mejorar las SLA y terminar pagando por niveles de servicio que la empresa en realidad no necesita".
Acérquese a cualquier proveedor que solicita una extensión o entrega de su última propuesta con extrema precaución, incluso si el proveedor esta en su lista mental. "La incapacidad para organizar los recursos o cumplir con los plazos durante el período de luna de miel es una clara indicación de problemas más grandes dentro de un vendedor", indica Ruckman de Sanda Partners.
A través de estos acuerdos, lo que realmente quiere el proveedor es garantizar el derecho a la factura por los cargos anteriores, siempre que sea posible después de que los cargos fueron incurridos, a la vez que limita la ventana durante la cual el cliente puede poner en duda las facturas. "Como un acto de compromiso, por lo general ofrecen hacer los dos lados de reciprocidad", indica Martin de Pace Harmon. "El proveedor puede facturar cargos por 120 días y el cliente puede disputar los cargos durante un máximo de 120 días".
Es relativamente fácil comparar el precio por la habilidad en una propuesta de outsourcing. Pero lo que los clientes suelen pasar por alto es el nivel de las habilidades propuestas. "Un cliente puede dejar mucho valor en la mesa al no reconocer un equipo sobrevalorado o una pirámide de habilidad sesgada hacia los recursos caros", afirma Ross Tisnovsky, vicepresidente senior del Grupo Everest.