La operación realizada por el propio Michael Dell y Silver Lake, contaba con un préstamo de $2,000 millones de dólares por parte de Microsoft, un esfuerzo, como comentó una fuente del propio fabricante, “para el éxito a largo plazo en el ecosistema PC”.
Como tercer fabricante mundial de PC, Dell es importante para Microsoft tanto en el mundo del PC como en el de los servidores. Incluso aunque esta transacción no representa una gran parte del montante total de la operación, no parece que sea una inversión desinteresada, y podría buscar cierta influencia en el diseño de hardware en la era post-PC, marcada por tablets, smartphones y otros dispositivos táctiles, según algunos analistas consultados.
Asimismo, estos analistas ven en este acuerdo un paso más para cerrar puertas al desarrollo de Linux. Y es que no debemos olvidar que Dell incluye en su oferta servidores Linux y el pasado mes de noviembre anunció el XPS 13, un portátil ligero que, en algunos países, ofrece configuraciones basadas en Ubuntu. Por tanto, los analistas no ven en la relación con Dell una más, sino una muy importante para un segmento determinado de cliente.
En palabras de Al Hilwa, director de programas en IDC, esta inversión puede asegurar a Microsoft que Dell no toma un desvío hacia Linux o Android. “Es una pequeña inversión, pero muy estratégica”, sentencia, “orientada al diseño de dispositivos y a la implementación de software”.
Y es que la oferta de Dell en el segmento PC está mayoritariamente apoyada en Windows, si bien se han ido incrementando poco a poco las opciones con Linux, así como el interés de la firma en el código abierto, con contribuciones al sistema operativo cloud OpenStack o Crowbar, un ecosistema de software para gestión de servidores en Linux.
Por su parte, Matt Eastwood, vicepresidente y director general del grupo de plataformas empresariales de IDC, señala que, con el préstamo, “Microsoft y Dell pueden construir una estrecha alianza alrededor de la transformación den centro de datos”.
Sin embargo, no todo es positivo. Tal y como señalan otros analistas, Microsoft ya pudo ganarse el rechazo de algunos fabricantes de hardware con el lanzamiento de Surface, y esto puede añadir nuevos motivos de enfado. Además, Dell tendrá que conjugar los intereses de una firma como Microsoft con los de otro de los principales actores de esta jugada, Silver Lake. En todo caso, sea cual sea la influencia que pueda tener Microsoft en el futuro de Dell, ésta es una inversión mirando sus propios intereses futuros, según se desprende de todos los análisis publicados hasta ahora.
– IDG News