Hace ya algunos años, por ahí a finales del siglo pasado, comenzaron a surgir empresas en línea que estaban apostando fuerte a proveer aplicaciones a través de Internet. Entonces se autodenominaban proveedores de servicios de aplicaciones (ASPs) – su propuesta era poner a disposición de las empresas diferentes tipos de aplicaciones, en su mayoría de productividad, que no tendrían que instalar en sus computadoras ni servidores, además de redituarles ahorros significativos en su inversión en tecnología. Lo que pasó después es de todos sabido: la ruptura de la burbuja de Internet se llevó entre las patas muchos de esos nuevos ASPs, quedando un puñado de sobrevivientes. Hoy el modelo de ASP se reinventa y encarna en lo que se denomina software como servicio (SaaS, o software as a service). Se fundamenta también en el Internet, con la diferencia de que esta vez es más robusto y ofrece mayor velocidad, ancho de banda y ubicuidad que hace ocho años. Y es una tendencia de la que estaremos escuchando con más insistencia, incluso es casi seguro que ya tengan en la puerta esperando al representante de algún proveedor para echarles el rollo mercadológico. En términos simples es un modelo de software en línea, en el que el proveedor es el que se hace cargo de su administración, su operación y actualización así como de la entrega puntual y segura al usuario, sea un individuo o una empresa. Vamos, puede recibir la aplicación que desea directamente en su computadora, sin tener que instalar nada más ni adquirir hardware extra. Entre las aplicaciones más comunes que se entregan bajo este esquema figuran la administración de relaciones con clientes (CRM), productividad y colaboración. Y se espera que la oferta crezca a otras como recursos humanos. De acuerdo con IDC, el mercado de SaaS alcanzará los 14,800 millones de dólares en el 2011, registrando un crecimiento anual de 32 por ciento. Y lista entre los principales jugadores a empresas como Salesforce, WebEx así como a Google Apps y Zoho. En 2008, Cutter Consortium calcula que una tercera parte de las empresas pequeñas y grandes adoptarán este modelo para fortalecer actividades como la administración de proyectos y la colaboración interna. Lo que me sorprendió de sobremanera es que no sean los directores de sistemas los que están tomando la decisión de irse por el software en demanda. En la mayoría de los casos, las implementaciones han sido promovidas por jefes de departamentos como los de ventas y mercadotecnia, quienes creen que las herramientas que les provee el área de TI no son las adecuadas, o que tardan demasiado tiempo en implementarse. Así lo evidencia una encuesta de Forrester aplicada a más de 1,000 tomadores de decisiones en TI en Estados Unidos y Europa, la cual reveló que los usuarios se están adelantando al departamento de sistemas en lo que se refiere a la adopción de SaaS. “Las unidades de negocio ven al software como servicio como una forma de liberarse de su dependencia con el área de sistemas”, apunta Liz Herbert, analista de Forrester en las conclusiones del estudio. Sin duda, esto es un foco rojo para los CIOs en general. Por un lado, es una buena oportunidad para cuestionarse si conocen a detalle los requerimientos de sus clientes internos para que no los salten en la escala jerárquica de toma de decisiones. Por el otro, también es una excelente ocasión para echarle un ojo a SaaS, analizar sus ventajas y desventajas, así como considerar las áreas de la empresa en las que podría aplicar. Lo que es un hecho es que es un mercado que se torna más maduro y tiene el potencial para integrarse a los sistemas internos de las empresas.