Con la compra de Sony Ericsson, Sony pretendía conseguir una mayor integración entre los dispositivos Xperia y sus otras líneas de producto, al igual que ya hacen Apple y Samsung. La compañía está intentando potenciar su plataforma de medios online, que ofrecerá una experiencia consistente a través de TV, tablets y PC.
La integración de Sony Mobile Communications se produce en un difícil momento financiero para el fabricante. De hecho, espera cerrar el año fiscal con pérdidas por valor de casi $3,000 millones de dólares.
La nueva subsidiaria contará con 8,000 empleados y tendrá su sede central en Londres.