La oferta de B-hive incluye el producto Conductor, que permite monitorizar el comportamiento y el rendimiento de las aplicaciones que corren sobre máquinas virtuales VMware, ayudando así a mantener la calidad del servicio para el usuario final. En caso de problema en una aplicación, el software trabaja en colaboración con la tecnología VMware para asignar recursos adicionales a los programas, por ejemplo, creando una nueva instancia virtual de él. El anuncio de esta compra viene a cambiar la dinámica del mercado de virtualización en dos sentidos fundamentales, según Bernd Harzog, CEO de la consultora especializada en gestión del rendimiento de aplicaciones APM Experts. Por una parte, supone el final de la partida para muchas startups enfocadas a la monitorización cuyo plan de negocio no era otro que convertirse en el suministrador de monitorización para VMware. Y, en segundo lugar, de alguna manera, VMware “con este movimiento está diciendo a sus clientes que entiende que debe ofrecer la capacidad de medir y asegurar un rendimiento aceptable de las aplicaciones virtualizadas si desea llevar la virtualización más allá de su actual alcance”. Los suministradores de virtualización que compiten con VMware, como Microsoft y Citrix probablemente seguirán los pasos del líder del mercado, según Harzog, quien considera que es poco probable la persistencia a largo plazo de un mercado para la gestión del rendimiento de las aplicaciones y de la experiencia de los usuarios finales en sistemas virtualizados.