En 2010, Apple lanzó su plataforma para la administración de terminales iOS, lo que supuso un movimiento que colocó a los proveedores de dispositivos en el centro de la llamada gestión de la movilidad empresarial (EMM, de sus siglas en inglés). Desde entonces, este segmento corporativo ha evolucionado a un ritmo trepidante, incluyendo el fenómeno Bring Your Own Device (BYOD), el desarrollo de nuevas aplicaciones con distintos modelos de implementación, la llegada de Android Enterprise y, por supuesto, una pandemia, la de la COVID-19, que ha cambiado radicalmente la manera en que operan los empleados y se relacionan con clientes, compañeros y socios.
Una vez que nos encontramos en tal momento paradigmático cabe reflexionar sobre cómo en los últimos años los departamentos de TI han gestionado la movilidad empresarial para permitir a los trabajadores de todas las industrias aprovechar las plataformas móviles para desempeñar sus tareas y cómo estos propios dispositivos han cambiado la concepción del propio trabajo.
Entre los años 2010 y 2012, el sector EMM se consolidó a medida en que los terminales móviles se introducían cada vez más en nuestros empleos y vidas personales. De hecho, esta paso de ser una tecnología complementaria a una desarrollada por los principales proveedores de informática corporativa, combinando estos servicios con otras áreas empresariales. Al mismo tiempo, las capacidades de los productos EMM crecieron hasta obtener capacidades de administración de redes y servicios, características de seguridad avanzadas y competencias para administrar PC y aparatos conectados (IoT). Hoy en día, la mayoría de los fabricantes hablan de sus productos plataformas de gestión unificada de puntos finales o endpoints (UEM).
La propiedad del dispositivo es mucho menos importante de lo que se pensaba
Hace un lustro, existía cierta preocupación sobre si el usuario o la empresa debían poseer cada dispositivo. Hubo importantes debates sobre la eficacia de BYOD, basada en que el usuario trae su propio terminal; COPE, propiedad de la empresa y habilitado para utilizarlo personalmente; o COBO, propiedad de la compañía y solo utilizado para fines laborales. Pero, actualmente, esta cuestión se ha desvanecido y ya no hay una brecha entre estos enfoques; los usuarios suelen combinar actividades personales y laborales en el mismo dispositivo. Lo que es importante es cómo se administra cada terminal y no quién los posee o utiliza.
La privacidad pasa a ser crucial
En este escenario, la confianza se ha convertido en una competencia fundamental para los departamentos de TI. Independientemente de quién sea el propietario del dispositivo, los empleados buscan salvaguardar su privacidad y se preocupan por cualquier información de carácter personal que se pueda extraer de sus terminales. Éstos necesitan que su navegación sea segura y no esté sujeta a eliminación o visualización por parte de otros empleados con accesos privilegiados.
En estos momentos, todas las plataformas EMM permiten esta separación. Sin embargo, hay que utilizar las políticas adecuadas para gestionar este formato y TI debe formar y concienciar a los usuarios sobre este aspecto y construir puentes de confianza.
Apple y Google, dos caminos distintos para una misma meta
Tanto iOS (Apple) como Google (Android Enterprise) tienen la capacidad de dedicar aplicaciones, almacenamiento y configuraciones para uso personal y laboral. El enfoque de Apple pasa por asegurar de que todo en el dispositivo brinde una experiencia consistente, independientemente de la labor que realice. Una aplicación empresarial administrada por un servicio de EMM se ve exactamente igual que una descargada de su marketplace.
Mientras, Android Enterprise hace lo contrario, señaliza visualmente a los usuarios que se administra una aplicación o archivo y crea un perfil de trabajo separado en el dispositivo. En cualquier caso, ambas compañías mantienen los datos corporativos separados de los personales.
Microsoft descubre su verdadera vocación como proveedor de EMM
Uno de los aspectos más sorprendentes de la movilidad empresarial es que hay muy pocos sistemas operativos para elegir: iOS o Android. Microsoft intentó romper ese duopolio, sobre todo con el lanzamiento de Windows Phone en 2010. Sin embargo, acabó fracasando. Muchos expertos consideran que se centró demasiado en las características para uso personal en lugar de explotar las nuevas capacidades empresariales.
De este modo, el gigante de Redmond buscó otras alternativas para introducirse en este mercado. La más importante fue llevar Office a iOS y Android. Esto hoy puede parecer una obviedad, pero Microsoft había mantenido a Office fuera de otros sistemas operativos para posicionarlo como una razón para comprar Windows Phone. Además, la firma fue mucho más allá y desarrolló Intune, una suite de administración de movilidad empresarial basada en la nube y que ahora es parte de su plataforma UEM Endpoint Manager.
La importancia de la modernización de las aplicaciones
El valor real de la movilidad no es el dispositivo en sí, sino las aplicaciones que se ejecutan en él. Y, simplemente colocar una aplicación de escritorio en un teléfono móvil no es suficiente. Deben rediseñarse para estos terminales. Esto requiere dinero, tiempo y otros recursos para lograrlo con éxito. Muchas empresas todavía están trabajando para modernizar sus aplicaciones, un proceso que debe verse como un viaje y no como una carrera.
La amenaza de ‘Shadow IT’
La tecnología móvil –y en menor medida la nube- ha dado a los usuarios corporativos un poder nunca antes disfrutado: decidir qué aplicaciones querían usar y desarrollar flujos de trabajo que podrían ser desconocidos para los departamentos de TI. Con plataformas de código, los usuarios pueden crear, incluso, sus propias aplicaciones. Si TI intenta bloquear todo, los trabajadores simplemente podían desconectarse de la red Wi-Fi corporativa. Por ello, la única solución eficaz para este fenómeno, conocido como TI en la sombra o ‘Shadow IT’, es la interactuación de los despachos de informática con los usuarios. Si en una organización el ‘Shadow IT’ campa a sus anchas es posible que TI no esté proporcionando las herramientas necesarias para que las personas desempeñen mejor su trabajo. La clave reside en ayudar a los trabajadores a encontrar e implementar las herramientas más efectivas, seguras y que cumplan con los estándares.
No es necesario construir todas las aplicaciones de manera interna
Muchas compañías han descubierto que no tienen que crear todo, sino que hay toda una oferta completa de aplicaciones que pueden añadir a su cartera. La mejor práctica es echar un vistazo al mercado antes de empezar a codificar.
El teletrabajo no solo es movilidad
La pandemia ha mostrado la productividad del teletrabajo en lo que ha supuesto un gran proyecto para todos los involucrados dentro de la estructura empresarial, pero para muchos se ha tratado simplemente de cambiar la ubicación en lugar de permitir una verdadera movilidad. De hecho, la movilidad se ha visto muy afectada durante el último año, ya que los trabajadores, a pesar de no estar en la oficina, se encontraban permanentemente en sus hogares. Los viajes de negocio se paralizaron, pero esto no significa que no se hayan usado herramientas como smartphones o tabletas. De hecho, su uso ha aumentado.
Este nuevo escenario tampoco tiene que ver con que la experiencia previa de las organizaciones no haya sido útil. El hecho de que muchas empresas ya tuvieran herramientas y políticas móviles ha hecho que la transición al trabajo en remoto haya sido mucho más sencilla. Este año también se ha caracterizado por una comunicación abierta y continua entre compañeros de trabajo y TI y otras partes del negocio.
El inicio de la era de la movilidad empresarial
Si en la última década se ha trabajado en llevar la tecnología móvil a los entornos laborales, esta será en la que se comience a aprovechar al máximo este tipo de tecnologías. Las interfaces de voz y el concepto de computación ambiental estarán entre las áreas a tener en cuenta. Uno de los aspectos más importantes de la informática por voz es que desagrega las tareas de los dispositivos.
Impulsar todo esto supone una evolución continua de las tecnologías en la nube, que comenzaron como simples soluciones de almacenamiento hasta convertirse en uno de los principales pilares de la transformación digital y del negocio. Otro segmento de crecimiento es el de la realidad aumentada, a la que todavía no hemos visto brillas más allá de algunas aplicaciones y juegos personales. Pero Apple y Google están desarrollando mejoras de valor y los teléfonos móviles verán cómo todas estas tecnologías evolucionan hasta llegar al día a día de los trabajadores.