En 2022, la economía global muestra un panorama lleno de desafíos, empresas de todas latitudes están viviendo altos índices de inflación, problemas en las cadenas de suministro y alza en el precio de los energéticos. En México, el estudio Perspectivas económicas: Panorama de México en 2022 elaborado por Deloitte, estima un crecimiento de 2 por ciento en el presente año, además considera que todavía un gran número de actividades económicas siguen en crisis, al no poder recuperar aún los niveles de venta del 2019, como el sector turismo, energético, financiero y de la construcción; los únicos que han mostrado signos de crecimiento son salud, telecomunicación y agroindustria.
Bajo este escenario, una de las prioridades de las empresas sería desarrollar nuevos planes para incrementar sus ingresos apoyados en estrategias de transformación digital. En este sentido, el estudio “Digital Fuel. Igniting enterprise transformation and growth”, comisionado a Forrester Consulting por KPMG International en 2021, considera prioritario encontrar clientes en donde sea que se encuentren.
Ante estos dos desafíos: “encontrar clientes” e “incrementar los ingresos”, Axity nos explica cómo, a través de canales digitales y una estrategia impulsada por datos o Data Driven, las empresas podrían salir avante de la crisis.
Actualmente la mayoría de las empresas están haciendo uso de uno o varios canales digitales para llegar y atender a más clientes, por ejemplo, redes sociales, chatbots, llamadas automatizadas, aplicativos móviles, e-commerce, etc. Sin embargo, dado los volúmenes de datos es complicado obtener métricas o simplemente estos canales no brindan información que puedas utilizar para tomar decisiones a favor del negocio.
“Hacer un análisis e implementar una plataforma tecnológica basada en las necesidades del cliente se puede realizar en cuestión de semanas. Y la clave del éxito se llama: Agilidad”, explicó Francisco Javier Rodríguez, Chief Solutions Architect en Axity.
Desde la visión de Axity, una plataforma tecnológica ágil es aquella que permite tomar decisiones y cambiar de rumbo rápidamente, no interfiere con calidad ni con estabilidad, permite a las empresas experimentar y probar con diferentes estrategias e ir midiendo los resultados. De esta manera, las empresas se vuelven dinámicas y se pueden adaptar fácilmente a las tendencias del mercado.
Adoptar estas dos claves podrá permitir ahorrar en costos de infraestructura y alcanzar metas de crecimiento medibles y replicables; de esta manera las empresas no solo podrán salir de la crisis sino mantener buenos índices de crecimiento para el futuro.