Para facilitar la comunicación máquina-humano, los equipos detrás de los chatbots con inteligencia artificial buscan que sus motores de procesamiento aprendan dialectos y formas de hablar y escribir de las personas para poder brindar respuestas más satisfactorias a todo tipo de solicitudes, esa es una de las labores de Cari AI.
En México, Cari es un chatbot especializado en Procesamiento del Lenguaje Natural -PLN- que se entrena constantemente no sólo para entender las formas de hablar de las diferentes regiones del país y de todos aquellos modismos y regionalismos que utilizamos para comunicarnos, sino incluso dialectos de algunas zonas del país.
Y es que el creciente uso de asistentes virtuales como Alexa o Siri y la atención de chatbots en Whatsapp, Facebook y otras redes sociales y plataformas de servicio al cliente, ecommerces y páginas web han instalado la tecnología conversacional de los chatbots entre nosotros sin que siquiera nos demos por enterados.
Según datos Juniper Research se espera que la facturación asociada a los chatbots alcance los 112.000 millones de dólares en este 2023, Sin embargo, un desafío importante en el desarrollo de estos sistemas es cómo manejar los regionalismos del idioma.
Para la gerente comercial de Cari AI, Angela Espitia, entender la diversidad del lenguaje es un tema de la mayor relevancia. Y es que entre más se desarrollan los servicios de los chatbots los servicios básicos como seleccionar sí o no o marque uno para esto y dos para aquello empiezan a ser parte del pasado. “El lenguaje humano es muy nutrido y además es diverso y depende de las regiones y no solamente del país sino inclusive de donde esa persona esté ubicada. Los motores de procesamiento de lenguaje natural tienen que entrenarse y tienen que prepararse para entender esos regionalismos, modismos y dialectos, de lo contrario lo que puede pasar es que se sesgue el entendimiento a una población en específico y que ese grupo comience a frustrarse con la comunicación”.
Cari cuenta con expertos trabajando en sus propios modelos, los cuales, a su vez, llevan tiempo aprendiendo en México, para que sea mucho más fácil para ellos adaptar estos modelos a las particularidades y a la riqueza del lenguaje del país.