Durante las últimas semanas hemos enfrentado cambios considerables en nuestra vida, tanto personal como laboral. Uno de ellos es la forma en la que hoy trabajamos desde casa expuestos a nuevos niveles de estrés -debido en gran parte a la situación actual-, que muchas personas comienzan a sentir como burnout.
El burnout, o desgaste profesional, es un síndrome resultado del estrés laboral crónico que no ha sido apropiadamente manejado. En otras palabras, la creciente presión en el entorno laboral puede provocar la saturación física o mental en un colaborador, impactando su salud y su vida personal.
“Debemos comprender que cada persona vive una situación distinta en nuestros equipos de trabajo”, afirma Albeth Rubio, Vicepresidenta Adjunta de Compensación y Beneficios de AT&T en México. “Recordemos estar en constante comunicación con ellos, acercarnos con empatía para entender su situación y hacerles saber que cuentan con nosotros”.
La incertidumbre derivada de la contingencia sanitaria, sumada a las presiones económicas, preocupaciones familiares y el mantener el mismo o mayor nivel de productividad laboral, puede significar una presión más para cualquier empleado.
“Es muy importante cuidar lo que pensamos, porque los pensamientos negativos pueden ser el origen del burnout”, comenta Susana Meana, Consultora Empresarial en Liderazgo con Inteligencia Emocional. “Antes de una emoción está un pensamiento y si no nos damos cuenta de lo que pensamos, la emoción nos puede dominar. Hay que proyectar los pensamientos hacia objetivos positivos y alcanzables que nos ayuden a sobrellevar mejor esta situación”.
Para aminorar algunos de los efectos del desgaste profesional, AT&T en México recomienda:
- Delimitar horarios. Dentro de los desafíos que conlleva trabajar en casa, a algunos colaboradores les puede resultar complicado determinar horarios laborales específicos, ya que pueden sentir que tienen que estar conectados todo el tiempo, dejando poco espacio para descansar.
- Mantener o generar espacios familiares. Es importante buscar un balance vida-trabajo, evitando sentir culpa al dedicar tiempo a realizar labores en el hogar, trabajo de cuidados o convivir con la familia.
- Establecer prioridades para nivelar cargas de trabajo. Como líder de equipo, hay que saber definir prioridades para los integrantes y exhortarlos a que detecten y compartan cuando sientan carga excesiva de trabajo.