Muchas empresas, de todos los tamaños, aún se encuentran en etapas muy tempranas – o ni siquiera han comenzado su transformación digital. A pesar de ser la 15° economía más grande del planeta, México aparece solo en la posición 60 entre 131 naciones analizadas por el Networked Readiness Index, un ranking elaborado por el Foro Económico Mundial para analizar el nivel de preparación de los países para adoptar la tecnología. El país está atrás de vecinos como Chile, Brasil, Uruguay, Costa Rica y Argentina.
Así que es muy importante que las empresas mexicanas desarrollen acciones puntuales y objetivas para dar los primeros pasos hacia la digitalización. “La transformación digital no es un desafío insuperable, pero es fundamental organizar, planificar, investigar el mercado y tener un equipo preparado para que este proceso sea efectivo y brinde los resultados y la productividad que moverán el negocio a la siguiente etapa”, afirma Damián Malfatti, director de TOTVS México.
- 1) Organizar los datos: El primer paso hacia la transformación digital es unificar todos los datos relacionados con la operación de la compañía. Contar con información administrativa y financiera precisa es fundamental para que la tecnología brinde resultados confiables. “Es muy común encontrar datos equivocados y fragmentados cuando iniciamos el proceso de implementación de soluciones de gestión en nuestros clientes. Si esta información ya está recopilada y es precisa, este inicio será más rápido y con menores costos para la organización”, explica Malfatti.
- 2) Definir una estrategia de digitalización: Otro punto importante para iniciar la transformación digital es definir una estrategia que incluya las áreas de la empresa que se cubrirán y los pasos a seguir para completar el proceso. Digitalizar el área administrativa y financiera es una premisa básica, todas las empresas necesitan comenzar por este punto. Pero, es importante entender si la compañía también pretende implementar soluciones para Recursos Humanos, ventas, proceso productivo, entrega de productos etc. “Cada negocio tiene sus particularidades y objetivos. Con esta definición, podemos diseñar todos los pasos de manera objetiva, de forma escalonada, para que cada etapa se realice sin problemas y traiga los mejores resultados”, agrega el director de TOTVS.
- 3) Buscar un socio especializado: Después de organizar los datos y trazar una planificación, el siguiente paso es hacer un estudio de mercado para contar con un proveedor de tecnología adecuado a sus objetivos. Es importante que las soluciones disponibles sean compatibles con el tamaño de la empresa, localizadas a las particularidades de la compañía y legislación mexicanas, y que cuenten con soporte y desarrollo local. “También vale la pena prestar atención a si el socio tecnológico tiene la capacidad de llevar a cabo no sólo toda la planificación definida, sino también los pasos futuros, como el uso de Inteligencia Artificial y Business Intelligence. La migración de proveedores en el futuro puede ser costosa y comprometer temporalmente la productividad”, evalúa Malfatti.
- 4) Capacitar al equipo: Finalmente, es necesario asegurarse que todo el equipo esté preparado no sólo para operar las herramientas que se implementarán, sino también para saber explotarlas al máximo. Asegúrese de que los profesionales estén siempre actualizados a medida que se ponen a disposición nuevas soluciones para las tareas de la empresa. “Es muy común que las empresas tengan dificultades o incluso no puedan explotar todo el potencial de la tecnología en el ambiente corporativo, muchas veces sin lograr alcanzar toda la productividad y potencial de negocio que es posible. La capacitación y actualización constantes son obligatorias para lograr todos los objetivos”, completa el director de TOTVS.
Una de las premisas para que una empresa tenga éxito en la década de 2020 es la digitalización. Esto involucra desde los datos más básicos de la gestión del negocio – como la nómina, cuentas por pagar y por cobrar, compra de insumos y registros de las ventas de los clientes – hasta el core business de la compañía – la fábrica y el proceso productivo en el caso de una manufactura, tiendas y canales de venta en el caso de un minorista o de siembra, cosecha y distribución en el caso de la agroindustria.