Despliegue de 5G: los impactos previsibles de COVID-19

La presente crisis económica y sanitaria ha impactado de manera multisectorial, resultando en incertidumbre y una prolongada pausa de la actividad económica, entre muchos otros efectos.

En el caso del sector de telecomunicaciones, ciertamente registra una creciente demanda por su acceso y uso. Sin embargo, la falta de claridad financiera y macroeconómica ha reducido significativamente los incentivos para nuevas inversiones en redes y equipamiento, al menos en el corto y mediano plazos.

No obstante, en semanas recientes, gobiernos, empresas, hogares e individuos, han dependido como nunca de la disponibilidad y la robustez de la infraestructura de telecomunicaciones para acceder a las diferentes herramientas de teleducación, teletrabajo, así como a las plataformas de información, comunicación, entretenimiento, productividad, entre otras.

En este sentido, la conectividad ha sido conducente de la continuidad en una vasta proporción de la actividad productiva, social, educativa y cultural.

Esta realidad apremia la ampliación y mayor robustecimiento de la accesibilidad y las capacidades de las redes de telecomunicaciones, así como incentiva a la transición a redes de nueva generación (5G). Ello traerá consigo múltiples beneficios, como un incremento en la productividad computacional, la innovación y desarrollo tecnológico en sectores como salud, educación, agricultura, seguridad, energía y comercio, entre otros.

De acuerdo con Qualcomm, empresa impulsora del despliegue 5G en México, esta tecnología puede operar en distintas bandas del espectro radioeléctrico y ofrecería una disminución de hasta 10 veces en la latencia de extremo a extremo, triplicando la eficiencia espectral. Al alcanzar esta, haría la velocidad de conexión hasta 100 veces más rápida y permitiría conectar a 10 veces más de dispositivos de forma simultánea.

La quinta generación móvil potenciará la masificación del Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés) en una gran cantidad de dispositivos: cámaras inteligentes, relojes, televisores, cafeteras, robótica y vehículos. Todo ello, con una baja latencia y conectividad de hasta un millón de dispositivos por kilómetro cuadrado.

Al revisar la situación coyuntural de los países en la región, se identifica un aplazamiento en la licitación de frecuencias del espectro radioeléctrico, en la adquisición/aprovisionamiento de equipamiento y consecuente, despliegue de redes de 5G provocado por la crisis del COVID-19.

Cronograma de Licitación / Despliegue de 5G en Latinoamérica

Cronograma de Licitación / Despliegue de 5G en Latinoamérica

En el caso específico de México, el despliegue de 5G ya se encontraba en fase de pruebas y preparación por parte de los operadores. Asimismo, se anticipa que la creciente demanda y el consumo de internet a causa de la contingencia sanitaria impulse acciones por parte de los operadores para acelerar este proceso de cambio tecnológico.

La reconsideración de inversiones puede ser aprovechada por las autoridades nacionales en la materia para la licitación de espectro de la banda de 3.4 a 3.6 GHz, misma que se encuentra al 50% de su capacidad de aprovechamiento.

Al respecto, destaca la cesión de 50 MHz de la banda de 3.5 GHz de Telmex a Telcel, así como, la anticipación de recursos de inversión por 91 millones de dólares por el operador AT&T para asegurar sus derechos en las bandas útiles del 5G con miras al futuro. Asimismo, Huawei afianzó su interés de negocio en México al presentar su plan de inversiones en el país en materia de 5G.

Mientras que el regulador, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) se encuentra realizando los preparativos para licitar frecuencias óptimas para 5G, tras la consulta pública en esta materia concluida en octubre de 2019. Se anticipaba que las licitaciones tendrían lugar en 2020, aunque tras la contingencia es altamente probable que ese plazo sea postergado.

Algunas Lecciones y Estrategias de Otras Latitudes

Para varios países latinoamericanos será necesario aplazar los procesos de licitación y el despliegue de la red 5G, sobre todo en aquellos donde la situación económica adversa se vuelva más apremiante. Sin embargo, es importante que en la medida de lo posible se retomen los esfuerzos con mayor celeridad y empeño. Al mismo tiempo que se requerirán generar estrategias de asistencia o incentivos para materializar la llegada de esta tecnología.

Tal como el esquema de subsidios anunciado en Hong Kong por la Oficina de la Autoridad de Comunicaciones (OFCA) para fomentar el despliegue anticipado del 5G, a través del Fondo Anti-Epidemia, que busca fomentar la innovación y las aplicaciones de ciudades inteligentes, además de mejorar la eficiencia de sus operaciones, calidad de los servicios y la competitividad del país.

En Corea del Sur, los operadores han reportado un incremento en ingresos en lo que va del 2020, así como un aumento en la penetración de 5G en el país, evidencia de que la crisis no ha afectado de manera crucial al país asiático.

En Nueva Zelanda, se asignaron directamente 160 MHz de espectro en la banda de 3.5 GHz a tres operadores de telecomunicaciones. Esto se realizó como compensación por la cancelación del proceso de subasta, el cual se postergó como consecuencia de la pandemia. Es importante destacar que los derechos de acceso anticipado serán terminados hasta finales de octubre de 2022. Posteriormente, se migrará a un esquema de derechos a largo plazo mediante un proceso de subasta por separado.

El acceso anticipado al espectro para 5G permitirá que los operadores diseñen estrategias de despliegue, adquieran los sitios necesarios y realicen las pruebas pertinentes.

La infraestructura y el desarrollo tecnológico que traerá consigo la tecnología 5G representa un estímulo importante para cualquier país en el mundo. El COVID-19 ha impactado negativamente a la economía global, pero al mismo tiempo, insta a invertir y robustecer la infraestructura digital.

Su ejercicio y materialización generará una ventaja crucial en el mediano y largo plazos para el crecimiento y desarrollo económico de los países que transiten efectivamente a redes 5G en los próximos años.

Por: The Competitive Intelligence Unit (The CIU)