La demanda tecnológica a nivel mundial sufrió un impase al inicio de la pandemia, para luego reactivarse con fuerza: durante el 2020, fue notoria la caída de la demanda –sobre todo en Latinoamérica, según datos de IDC–, pero luego, a partir de 2021, la recuperación ha sido contundente. Para el presente año, la perspectiva es que se mantendrá la tendencia de crecimiento en la región. Las empresas del futuro son las que están utilizando las tecnologías de información y la analítica de datos para impulsar sus negocios y llevarlos hacia la innovación de cara a una economía digital.
En las organizaciones, lo que está apalancando el aumento del gasto en tecnología como iniciativa estratégica va totalmente en este sentido: sus inversiones giran en torno a su necesidad de modernizarse y generar más negocios, a partir de incrementar la productividad y el control de costos, optimizar la experiencia de los clientes y la atracción y retención de talentos, así como de ser capaces de ofrecer nuevos productos y servicios digitalizados.
Lo más importante a destacar es que, según se observa, el perfil de las inversiones, fundamentalmente en los casos de Brasil y México, se está encaminando más hacia software y servicios que a hardware (al igual que ocurre en los países más desarrollados, como Alemania, Estados Unidos y Reino Unido), lo que podría significar que ambas potencias latinoamericanas están alcanzando un grado de madurez tecnológica.
En este escenario, es crucial señalar que el sector financiero es el más avanzado en su digitalización y modernización, ya que cuenta con un modelo de negocio basado en la inversión tecnológica continua.
¿Por qué se digitalizan las empresas?
De acuerdo con Fabio Martinelli, analista de Investigación y Consultoría de Software y Nube en IDC, aunque las empresas ya hablaban de una economía digital desde hace mucho tiempo, la pandemia impulsó la necesidad de agilizar esta transformación para poder seguir operando. La adopción tecnológica se habilita por la evolución de hábitos de los consumidores: dado que ellos cambiaron la forma en que interactúan con los negocios, éstos tuvieron que valerse de la tecnología como camino para superar los retos y como pilar estratégico para soportar la dinámica en los nuevos tiempos.
Entre los hábitos que se crearon durante los confinamientos y que han llegado para quedarse, podemos hablar de que, por ejemplo, en China, 3 de cada 10 consumidores ya no volverán a los restaurantes, y en Estados Unidos, el 70% de la población ahora prefiere consumir entretenimiento en casa que ir al cine. En Latinoamérica, el 74% de los viajeros optan por reservas flexibles y el 66% buscan facilidades de reembolso por si fuera necesario cancelar, mientras que el 68% de las empresas ya integraron el trabajo remoto en sus políticas de Recursos Humanos.
Particularmente en México, 6 de cada 10 consumidores seguirán haciendo sus compras en línea aun después del distanciamiento social por la pandemia.
Los cambios en la cultura de la población exigieron cambios de parte de las organizaciones. De acuerdo con un estudio de IDC en América Latina, la mayoría de las organizaciones (57%) se digitalizaron por exigencia de los clientes; el resto (43%) lo hicieron de forma proactiva, para ofrecer servicios digitales como parte de su estrategia. En cuanto a sus prioridades de inversión, la firma analista las enumeró del primero al quinto lugar:
- Adquisición de soluciones nuevas para mantener sus ventas y operaciones (74.5%)
- Soporte y atención a clientes de manera virtual (58.8%)
- Entendimiento de las necesidades de negocio frente a la demanda de los clientes para hacer inversiones más acertadas (52.9%)
- Uso de soluciones y tecnologías que ya existen en la empresa (43.1%)
- Posibilidad de dar a los clientes una buena experiencia de compra vía canales virtuales (25.5%)
Estos resultados nos muestran que aún existe una gran área de oportunidad para las compañías de la región para encaminarse hacia la economía digital. Es imperante que las organizaciones introduzcan a su operación herramientas que les ayuden a acelerar y optimizar los procesos, al igual que contar con soluciones integradas que brinden mayor flexibilidad y permitan dar una mejor atención a las comunicaciones con clientes, integralmente y con la velocidad que se requiere hoy en día.
Si bien se ha avanzado en la planeación y definición de objetivos, la ejecución continúa siendo incipiente, y la aplicación de la tecnología se vuelve estratégica para avanzar y apalancar los negocios en el contexto del mercado actual. Las organizaciones deben extraer el máximo valor de sus recursos para ser más asertivas y consolidar la madurez tecnológica que está en crecimiento en la región.
Por: Fabio Goepfert, Director Regional Senior de Ventas de FICO para América Latina.
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