México ha sido uno de los países más dinámicos de la región en la adopción de soluciones de infraestructura hiperconvergente, de acuerdo con cálculos de IDC, las inversiones en este rubro giran alrededor de los 81.1 millones de dólares para 2021. Si bien el panorama puede variar después de la contingencia del Covid-19 y el reajuste de las economías globales, es un hecho que hoy más que nunca queda claro el valor de las decisiones y las inversiones estratégicas en tecnología para cualquier organización.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de soluciones de hiperconvergencia?, ¿cómo podemos aprovecharla para un escenario de recuperación tras el Covid-19 en las organizaciones?
Los sistemas hiperconvergentes son una evolución natural de la infraestructura tecnológica, al integrar de forma nativa las funciones principales de cómputo y redes de almacenamiento en una solución de software o dispositivo. Elegir o diseñar software nativo en Nube facilita la implementación y adopción de soluciones de Nube privada o Nube Pública en un Centro de Datos sobre un contexto híbrido.
Los datos de IDC también reflejan que la tendencia es que cada vez más las organizaciones están optando por la llamada Infraestructura como Servicio (IaaS), combinando la inversión entre Centros de Datos propios y externos.
¿Qué aporta un sistema de este tipo?
Los principales beneficios son la estabilidad, facilidad de gestión y flexibilidad, al tiempo que reducen costos e incrementan productividad al aprovechar los datos para crear nuevas fuentes de ingresos digitales y mejorar la experiencia digital del cliente. Los softwares nativos de Nube junto con la infraestructura tecnológica hiperconvergente permiten migrar mucho más rápido que actualizar los sistemas tradicionales para lograr la funcionalidad necesaria.
Por ejemplo en la industria del retail y comercio, tomando en cuenta lo que hemos visto en estos días donde la contingencia los impulsó a ser más creativos: en un lapso muy corto de tiempo necesitaron incrementar la eficiencia operativa, hiperpersonalizar sus servicios y ofrecer la misma experiencia de compra virtual, al ver limitada la física.
Esto implicó un incremento inesperado en volumen de transacciones, datos y solicitudes de contacto vía chatbot, gestionar inventarios, coordinar logística etc. Ahí es donde la escalabilidad y la flexibilidad de la plataforma tecnológica son cruciales.
Hacer esto sin un sistema hiperconvergente costaría mucho tiempo y dinero.
Empezar de cero en plena contingencia representa un reto monumental, por eso, quienes han logrado adaptarse y responder al nuevo panorama fueron – seguramente- los que habían apostado por plataformas y aplicativos escalables.
La brecha entre la evolución tecnológica versus el esfuerzo para adquirir o desarrollar e implementar aplicaciones de software nativo en Nube es cada vez menor, ahí radica el valor de tener aliados y proveedores que sean agnósticos y que también tengan la flexibilidad para recomendar la solución que mejor convenga al reto que se quiere abordar.
Los próximos años veremos un esfuerzo de construir herramientas y capacidades para estas plataformas complejas. No solo se trata de responder ante escenarios de contingencia, se trata de planear a futuro, que será hiperconvergente.
Por: Luis Mejía Reséndiz, Director de KIO Managed Services.