Además, la realidad nos demuestra que los pasajeros se sienten cómodos y están dispuestos a usar sus datos biométricos como su forma de identificación al viajar; tan es así que 59% de los pasajeros a nivel global definitivamente usaría esta tecnología si fuera ofrecida como parte de nuevos servicios móviles.Sin embargo, no hay que descartar algunos de los grandes retos que todavía enfrentamos en territorio latinoamericano. Por un lado, la inexistencia de pasaportes biométricos como un primer paso hacia la integración de sistemas mayormente compatibles con tecnología biométrica y, por otro, la creación de bases centrales de datos de los viajeros. Para ello, primero tiene que haber una infraestructura protegida y respaldada que permita almacenar o tratar dichos datos de forma segura, en la que se logre compartirlos para su verificación en los diferentes procesos y desde cualquier dispositivo y que existan protocolos contra perdidas de información, incluyendo robo de identidad y ciberataques. Es claro que todo lo anterior resulta fascinante para nuestra industria, pues es un resultado alentador encaminado hacia la aceleración de un proceso que por mucho tiempo fue problemático para los pasajeros y, que ahora, está permitiendo que muchos más de ellos gocen de una experiencia de viaje excepcional. Por: Uriel Torres, director general de SITA para México y Centroamérica.
Hasta hace poco, la tecnología biométrica era algo que solo veíamos en películas de ciencia ficción. Ahora es una realidad de nuestro día a día. Hoy, muchas personas ya desbloquean su teléfono celular mediante un sistema de reconocimiento facial, incluso para poder hacer una llamada. Así que no hay duda de que ya somos una sociedad post digital que confía en la tecnología y está dispuesta a beneficiarse de más servicios móviles como estos.
El uso de la tecnología biométrica en el transporte aéreo no es la excepción, pues dicha industria se encuentra ya en una trayectoria inevitable hacia la digitalización de procesos, convirtiendo a la biometría facial en un elemento clave para lograrlo y, de paso, mejorar la experiencia de viaje de los pasajeros. Es por ello que tanto aerolíneas como aeropuertos están invirtiendo cada vez más en soluciones biométricas y llevando a cabo proyectos piloto de gran envergadura en alianza con terceros para lograr una gestión automatizada del registro de pasajeros de forma segura y con un mínimo margen de error, según revela el estudio más reciente sobre tendencias realizado por SITA.
Dicho estudio enfatiza el interés de aerolíneas y aeropuertos en invertir en tecnologías emergentes como lo es la biometría. En donde uno de los enfoques principales es la gestión de identidad. Algunos ejemplos en el continente americano son las colaboraciones con el aeropuerto de Punta Cana (PUJ) y con el aeropuerto internacional de Orlando junto a la aerolínea British Airways.
En el caso del aeropuerto de Punta Cana, se pusieron en marcha puertas automatizadas con el fin de agilizar el procesamiento de los pasajeros al pasar por los controles migratorios a la salida del país; demostrando una reducción significativa de los tiempos de espera haciendo que los pasajeros pasen por esta etapa en poco más de diez segundos. En el caso de la colaboración entre el aeropuerto de Orlando y la aerolínea British Airways, su tecnología permite efectuar el abordaje de todos los vuelos internacionales de la ruta Orlando-Londres apoyándose en el reconocimiento facial, resultando en el abordaje de cerca de 240 pasajeros en un tiempo récord de aproximadamente 15 minutos.