Puede que el lenguaje sea el comportamiento más complejo que el ser humano haya inventado jamás. Enseñar a las máquinas a entenderlo y utilizarlo ha sido siempre uno de los mayores retos en el campo de la inteligencia artificial (IA) y la nube. Tras décadas de lento progreso, las recientes innovaciones en el aprendizaje automático han contribuido a impulsar el proceso. Ahora, algoritmos avanzados pueden generar textos (en su mayoría) coherentes en inglés y otros idiomas, con resultados asombrosos -y a veces preocupantes-.
Una lengua es mucho más que un diccionario y una guía gramatical. En 2019, el laboratorio de investigación OpenAI lanzó GPT-2, un «gran modelo lingüístico» que aprende a predecir patrones de palabras y frases. OpenAI ofrece acceso comercial del algoritmo a investigadores y nuevas empresas a través de una interfaz de programación de aplicaciones (API).
Cómo la IA y la nube se combinan en el mundo empresarial
La Inteligencia Artificial (IA) finalmente ha coincidido con la expansión de la computación en la nube. El uso de IA puede mejorar el rendimiento y la eficiencia de la nube mientras impulsa la transformación digital en proyectos para mejorar los productos, las capacidades de previsión y predicción, automatizar los contratos, eliminar las ineficiencias en los servicios al cliente, entre otras operaciones. Los chatbots y otras herramientas automatizadas también ya ayudan con las necesidades de ciberseguridad, cumplimiento normativo y gestión de riesgos.
La realidad es que existen cada vez más casos de uso de las posibilidades de la IA para que las empresas puedan innovar más rápido y seguir siendo competitivas.
Por ejemplo, las compañías ya utilizan la IA lingüística de diversas formas, como la traducción de idiomas, los asistentes inteligentes de correo electrónico, la mejora de los resultados de las búsquedas y la generación de textos de marketing y código informático. Los recursos fácilmente disponibles de la computación en nube facilitan el uso de la IA a empresas grandes y pequeñas de distintos sectores. Un estudio de Deloitte reveló que el 70% de las empresas obtienen sus capacidades de IA a través de software basado en la nube, mientras que el 65% crea aplicaciones de IA utilizando servicios en la nube.
De hecho, muchos de los nuevos productos y servicios utilizados por los departamentos de TI ofrecen automatización basada en IA para facilitar la gestión de los sistemas de datos. Y cada año llegan al mercado más productos y servicios basados en IA. Todos los indicios apuntan a que las empresas están intensificando la experimentación y la aplicación de la IA en sus operaciones de negocio.
¿Hay un lado oscuro de la IA?
Los expertos señalan que los sistemas lingüísticos de IA son tan buenos como el texto con el que se entrenan, e Internet está lleno de prejuicios culturales, mentiras y discursos de odio. Al igual que los sistemas de reconocimiento facial que discriminan a determinadas razas, las IA lingüísticas pueden hacerse eco de los errores y sesgos culturales de sus datos de entrenamiento.
Con la barrera de entrada cada vez más pequeña, crece la preocupación por las muchas formas en que la tecnología podría utilizarse mal deliberadamente. Están apareciendo spam y falsas reseñas de productos. El informe de la Universidad de Georgetown explica cómo los teóricos de la conspiración y los grupos extremistas podrían aprovechar la IA lingüística para producir noticias falsas y discursos de odio.
A medida que surjan nuevos casos de uso de la IA, también aumentará la concienciación y se profundizará en el conocimiento del potencial y los riesgos. Hay una frase común estos días que ilustra a la perfección el estado actual de esta tecnología: «Estamos construyendo el avión mientras lo pilotamos».
Por Fernando Zambrana, Director de Ventas en Nutanix México.