Elon Musk ya es dueño de Twitter, ¿cuáles serán los cambios y consecuencias en la plataforma?

La reciente compra de Twitter por parte de Elon Musk es un acontecimiento lleno de controversias que ha mantenido en vilo durante días a los internautas. 

De inicio, esta adquisición concretada por 44 mil millones de dólares, ha sido cuestionada por simpatizantes y críticos del magnate, por tratarse de una empresa no muy importante en términos de valor de mercado, pero sí, respecto a su influencia en la comunicación mundial.

Esto abre la posibilidad de hacer realidad la intención de retirarla de la bolsa y convertirla en una empresa privada, señaló Armando Reyna Ballesteros, coordinador de la Licenciatura en Inteligencia de Negocios e Innovación de CETYS Universidad, Campus Mexicali.

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¿Qué significa esto y por qué genera tanta conmoción?

“La compra ha polarizado a los internautas dividiendo opiniones a favor y en contra, así como especulaciones respecto a las libertades, restricciones y la permisividad sobre el discurso público, incertidumbre, comparaciones, que podrían suscitarse en la plataforma social virtual”. 

Añadió que, en términos simples, el también CEO y propietario de Tesla Inc será ahora el único dueño de la empresa de microblogueo, desplazando su antiguo esquema de consejo de accionistas y llevándola a una situación que podría centralizar y poner en duda las libertades y restricciones de las que ahora dispone la plataforma. 

En contraparte, también se podrían atender de mejor forma los grandes males y problemas que la acompañan; por ejemplo, las cuentas falsas automatizadas, los bots, el spam y todo tipo de contenido malintencionado. 

Twitter ahora es propiedad de Elon Musk

Pero, con esta compra y posesión, ¿se pone en riesgo la libertad de expresión?, ¿se abre la puerta a la desinformación o se atenta contra los principios que rigen la conducta en la plataforma? A grandes rasgos, las primeras respuestas a estas interrogantes son optimistas, respecto a que se observarán mejoras significativas en la plataforma, se abrirán al público los algoritmos, será más abierta a los contenidos y menos restrictiva respecto al bloqueo de cuentas, mejorando su funcionamiento en general. 

En el otro extremo de la balanza, permanece la posibilidad de que Twitter esté ahora sujeta a los caprichos, reglas y manipulaciones de una persona que, particularmente, posee una inmensa habilidad y el poder para desplegar sus capacidades de injerencia en asuntos de cualquier ámbito, sin ignorar el hecho de que, con estándares menos estrictos en la moderación de contenidos, se podrían favorecer intereses, promover contenido de odio, el acoso y la desinformación, amenazando el pluralismo y las libertades de prensa. 

Ante las posibilidades, “no sabemos qué de todo esto sea verdad, Lo que queda claro es que Twitter ya no será el mismo, en un entorno en el que las plataformas tecnológicas juegan un rol fundamental, tienen una responsabilidad y para las cuales las regulaciones son importantes porque respaldan las libertades, pero también limitan los abusos. Ojalá que el tiempo nos permita comprobar o desmentir algunas o todas estas especulaciones”, concluyó el coordinador.