A lo largo de los años la oficina evolucionó varias veces buscando adaptarse a lo que se consideraba, en determinado momento, que potenciaba la productividad. Así pasamos de la era de los cubículos a escritorios menos cerrados y de computadoras de escritorio a laptops. El último gran cambio fueron los espacios abiertos; pero lo que en principio se percibió como un salto de calidad empezó luego a cuestionarse, ¿Cómo se vislumbra el panorama ante la nueva normalidad?
Estudio de Harvard Business School en 2018 hizo un seguimiento de los empleados de oficinas antes y después de que las remodelaran, llegando a la conclusión de que aumentó la distracción, se redujeron en un 70% las interacciones cara a cara e incrementó la comunicación digital.
Sin embargo todos estos cambios tenían algo en común: la oficina continuó siendo el único lugar para trabajar. Llegó 2020 y parecía ser un año sin mucha disrupción en términos de cambios en los estilos de trabajo. Hasta Marzo… Después de 5 meses del experimento de trabajo remoto más grande de la historia, el futuro del trabajo está tomando un nuevo rumbo y con él, el rol de la oficina. Pero, ¿qué lugar ocupará de cara a la nueva normalidad?
El mundo se divide entre los que quieren volver y los que se quieren quedar
Alrededor del mundo la opinión para enfrentar la nueva normalidad de las personas está dividida, muchos quieren volver a la oficina; sobre todo aquellos que experimentaron cuarentenas prolongadas. Pero otros, vieron tantos beneficios al trabajar desde casa que no los convence una nueva normalidad que implique retroceder en lo que ganaron.
Según el estudio “Workquake: el nuevo orden laboral” que realizó Citrix este año en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México, el 47% de los entrevistados considera que es más productivo trabajando desde su casa.
El tiempo que ganaron al no tener que trasladarse a la oficina les permitió hacer más ejercicio (48%) y dormir más (45%), y otras actividades de bienestar (33%).
¿Qué descubrieron las empresas en este tiempo?
El paradigma de que los empleados solo pueden trabajar bajo la mirada atenta del jefe finalmente cayó. Y, si bien, las compañías deben trabajar en crear una cultura de confianza que integre al trabajo remoto como una forma más de trabajar y los líderes deben incorporar habilidades de liderazgo a distancia, el modelo funcionó permitiendo sostener la operatoria de los negocios en un contexto muy adverso.
Incluso considerando que el 38% de los empleados admitieron no haber trabajado nunca desde casa y el 17% lo hacía solo 1 o 2 veces al mes. Una de las interrogantes de los empresarios es: ¿vale la pena seguir conservando el edificio corporativo con los gastos que acarrea?
Incluso, el retorno a las oficinas- por lo menos en un principio- tendrá el desafío de adaptarla a las medidas sanitarias correspondientes y a cumplir con las expectativas de los empleados en términos de cuidados; por ejemplo: limpieza más frecuente y mejor documentada (64%), incrementar el uso de tecnología para reducir el contacto físico (54%), controles de temperatura (52%), reducir los viajes (48%) y distanciamiento social permanente (44%), entre otras.
La oficina colaborativa
En definitiva, surgirá un nuevo esquema de trabajo que será híbrido y combinará el trabajo en la oficina con el trabajo remoto. De hecho, esto es lo que esperan el 51% de los entrevistados en el estudio de Citrix. Esto generará una nueva evolución para las oficinas ya que su objetivo será la colaboración. Tal vez escucharon la frase “esa reunión pudo ser un email”, esa será la premisa de la nueva normalidad, que los contactos sean realmente necesarios y productivos, que las reuniones de equipo sirvan para alinear estrategias y objetivos que luego se puedan trabajar desde otras locaciones.
La tecnología será la gran aliada en esta nueva modalidad de trabajo híbrido, ya que requiere de mayor flexibilidad y de una experiencia de trabajo de excelencia.
La transformación que se aceleró en las empresas en los últimos meses está lejos de terminar; y va desde cambios en los estilos y espacios de trabajo hasta cambios tecnológicos y culturales. Pero al mirar hacia adelante la perspectiva es positiva, el 40% de los empleados entrevistados cree que luego de la crisis de coronavirus su empresa resultará más unificada y un 43% que la confianza entre líderes y empleados se incrementará. Será interesante seguir esta evolución que de alguna manera empieza a poner en las manos de los empleados la elección de cuál es el mejor lugar para trabajar y que nos llevará a ganar una mayor personalización de los espacios de trabajo tanto físicos como virtuales.
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