El 2020 fue un parteaguas para las empresas en todo el mundo por muchas razones. Los retos que trajo la pandemia de Covid-19, y con ella una crisis económica mundial, han provocado que muchas organizaciones tengan que adaptar sus prácticas a un contexto de confinamiento y distanciamiento social. Una de estas prácticas que cambió la concepción de muchos en el mundo corporativo fue el home office.
Esta necesidad de adaptarse al trabajo a distancia, tanto por parte de las empresas como de los colaboradores, en México incluso trajo consigo una reforma a nivel federal sobre la Ley del Trabajo, para regular y definir las responsabilidades de empleados y empleadores bajo este esquema.
Estudios realizados por la Secretaría del Trabajo refieren que el 70% de las actividades laborales se pueden realizar a distancia y de acuerdo con la mercadóloga Karla Ortiz, el home office creció de 39% a 68% en las empresas durante el 2020.
Sin embargo, más allá de los beneficios del home office que varias empresas han demostrado al haber establecido desde antes del confinamiento políticas para trabajar a distancia, esta práctica es un reto en cuanto a la infraestructura tecnológica con la que deben contar las empresas.
De acuerdo con Simon McCaffery, Director Global de Marketing en Lumen Technologies, para saber si estamos preparados para trabajar desde cualquier lugar, es fundamental considerar la infraestructura en conectividad y seguridad que nos brinda nuestra empresa.
Actualmente, la tecnología juega un papel de vital importancia para la comunicación entre equipos de trabajo y el desarrollo de proyectos de forma simultánea y herramientas como los servicios de nube, que deben ir respaldados por elementos de ciberseguridad, hacen esto posible.
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Aprovechar el potencial completo de las tecnologías emergentes requiere de soluciones que cubran diversos elementos para un uso óptimo, como el ancho de banda necesario para trabajar en tiempo real o que incluso permitan aumentar su capacidad, aplicaciones que faciliten un rápido procesamiento de datos, inteligencia sobre amenazas a la seguridad y soluciones integradas de voz, video y web diseñadas para soportar la transformación digital.
Aparte de tener la infraestructura necesaria se debe crear una cultura de ciberseguridad y capacitación entre los colaboradores para evitar ataques informáticos como los de phishing o malware. Para implementar tecnologías en una empresa y llevar a cabo tareas a distancia es fundamental desarrollar una estrategia integral para la protección de datos, área en la que definitivamente deben estar blindadas las empresas este 2021.
Sobre si las empresas están mejor preparadas en 2021 para afrontar los retos del home office, McCaffery sostiene que “sin duda la situación que estamos atravesando desde al año anterior y aún en 2021 es una gran oportunidad para seguir evolucionando en nuestras prácticas laborales y descubrir más beneficios de trabajar a distancia, pero para ello las empresas deben asegurarse de que cuentan con la infraestructura de tecnología necesaria para lograr el funcionamiento correcto de sus herramientas de conexión, nube y seguridad, y así impulsar la agilidad de los negocios, extender su alcance y alcanzar las exigencias de transformación digital que revolucionan actualmente el mercado”.
Los retos traen consigo aprendizajes y el home office aún tiene mucho por enseñarnos y avanzar en esta práctica. Seguramente muchas empresas continúan probando el trabajo a distancia y es necesario que consideren desarrollar una estrategia de infraestructura tecnológica que contemple una excelente conectividad y aspectos de ciberseguridad que les permita utilizar las diversas herramientas tecnológicas de forma óptima.