El pasado 2 de septiembre, se llevó a cabo el lanzamiento y encendido en órbita del satélite experimental PhiSat-1; un proyecto del startup irlandés Ubotica, en colaboración con Intel y la Agencia Espacial Europea (ESA).
Con la asistencia de la tecnología de Inteligencia Artificial de Intel, este nanosatélite, con el tamaño de una caja de cereal, será utilizado para la observación del hielo y humedad de las regiones polares del planeta, así como probar los sistemas de comunicación para crear una red Inter satelital federada.
Entre sus principales beneficios, este satélite ayudará a analizar las imágenes capturadas desde la órbita para hacer un mejor uso de ellas.
Cerca de dos tercios de la superficie de nuestro planeta están cubiertos por nubes en algún momento, por lo que se suelen capturar una gran cantidad de imágenes inservibles para la investigación. Esta información se almacena y se envía a la Tierra a través de una banda ancha de enlace descendente para ser revisada por científicos o algoritmos horas o días después suele ser eliminada sin haber tenido un uso práctico.
Para responder a esta necesidad de optimización en el manejo de datos, el PhiSat-1 contiene una nueva cámara térmica hiperespectral y procesamiento de IA a bordo, gracias a una unidad de procesamiento de visión (VPU) Intel Movidius Myriad 2, que, mediante el uso de procesamiento a bordo, identificará y descartará las imágenes con nubes, lo que ayudará a ahorrar hasta un 30% del ancho de banda.
Mirando hacia el futuro, los usos de los satélites pequeños mejorados con IA, de bajo costo, son innumerables, sobre todo cuando se agrega la capacidad de ejecutar muchas aplicaciones. “En lugar de tener hardware dedicado en un satélite que hace una cosa, es posible cambiar de redes frecuentemente,” señaló Jonathan Byrne, director de la oficina de tecnología de Intel Movidius.
Para entender la importancia de su uso, imaginemos que se está volando sobre zonas propensas a incendios forestales. Un satélite puede ubicar incendios y notificar a los socorristas locales en minutos en lugar de horas. Cuando vuela sobre los océanos, un satélite puede ubicar barcos proscritos o accidentes ambientales, que normalmente se pasan por alto. Cuando vuela sobre bosques y granjas, un satélite puede rastrear la humedad del suelo y el crecimiento de cultivos. Y cuando vuela sobre el hielo, puede rastrear el espesor y los estanques que se derriten, para ayudar a monitorear el cambio climático.
La ESA anunció que el equipo conjunto estaba “feliz de revelar la primera inferencia de inteligencia artificial acelerada por hardware de imágenes de observación de la Tierra en un satélite en órbita». Al enviar solo pixeles útiles, el satélite ahora mejorará la utilización del ancho de banda y reducirá considerablemente los costos agregados del enlace descendente, resaltando el ahorro de tiempo de los científicos en la Tierra.
Pronto se probarán muchas de estas posibilidades: la ESA y Ubotica trabajan juntas en el PhiSat-2, que llevará otro Myriad 2 a la órbita. PhiSat-2 será capaz de ejecutar aplicaciones de inteligencia artificial que pueden desarrollarse, instalarse fácilmente, validarse y operarse en la nave espacial durante su vuelo, empleando una interfaz de usuario simple.