Durante 2019, el sector de la cultura fue uno de los que más empleo proporcionó, sin embargo, este año los museos y otros espacios culturales tuvieron que cerrar debido a la pandemia, creando un impacto directo en la cultura, turismo y cohesión social, al desarrollo sostenible y a la mitigación de la desigualdad.
El informe “Tecnología al servicio del arte y la cultura”, publicado por Minsait muestra que la transformación digital es el único camino posible para dar respuesta a las exigencias de democratización de la información y el arte, los nuevos perfiles de los visitantes y la actual situación de pandemia. Y para ello resulta fundamental la implantación de soluciones digitales que permitan compartir la información entre todos los agentes de la cadena de valor con el fin de ofrecer a los usuarios experiencias más atractivas y mejorar la gestión de los espacios.
Tal vez te interese: 10 Tours virtuales que puedes recorrer desde casa
Este enfoque integral facilita el análisis de información sobre los visitantes, no solo para ampliar su número y los ingresos por venta de entradas, por ejemplo, sino también para poner a su disposición servicios de transporte, alojamiento, entretenimiento o compras desde el momento de planificación de la visita. La compañía aboga, además, en el estudio por la incorporación de nuevos perfiles profesionales mucho más tecnológicos a las plantillas de los museos y empresas del sector para acelerar la transformación.
En esta línea, Minsait considera fundamental la aportación de las herramientas CRM para gestionar la experiencia completa, interacciones y puntos de contacto entre usuarios y prestatarios con el fin de mejorar la relación y obtener inteligencia de todas las dudas, quejas sugerencias o compras.
La compañía recoge en su informe otras soluciones tecnológicas clave para proporcionar servicios de valor a los visitantes y dinamizar el arte y la cultura:
- Aplicaciones móviles para conocer con mayor profundidad y detalle determinadas obras, hacer zoom sobre piezas concretas de una colección, jugar con contenidos educativos e incluso visitar colecciones y obras que no están expuestas en ese momento.
- Redes sociales para entablar relaciones de comunicación directa y abierta con los visitantes, ofrecer mejores servicios a la ciudadanía y atraer a un público más joven en un momento en que los dispositivos electrónicos parecen querer desplazar a los libros como elemento de ocio.
- Chatbots para complementar de forma muy sencilla las funciones de atención al público en relación a la resolución de consultas y dudas de carácter general o responder a preguntas muy específicas sobre aspectos de una exposición, monumento, edificio histórico o representación cultural en todo momento y desde cualquier lugar del mundo.
- Realidad virtual, aumentada y mixta para lograr que los visitantes disfruten de experiencias inmersivas y únicas que les hagan adentrarse en el arte y la cultura como algo más que meros espectadores pasivos o les permitan reconstruir espacios históricos en ruinas por los que pasearse.
- Beacons, que permiten al usuario realizar visitas mucho más personalizadas en función de sus necesidades e intereses y a los responsables conocer mejor cómo interactúan los visitantes en los espacios o cuáles son las salas más visitadas.
- Gamificación a través de dispositivos móviles que estimulen el proceso de descubrimiento cultural y aprendizaje del público más joven.
Reducción de riesgos y anticipación
Existen una serie de oportunidades que presentan las tecnologías disruptivas para mejorar la gestión interna de los espacios y agilizar la toma de decisiones.
Desde el punto de vista de la seguridad, la incorporación de sistemas digitales y multimedia de avisos para guiar a los visitantes hacia las salidas de emergencia o evitar aglomeraciones para garantizar la distancia social.
La compañía también considera que en los próximos años se generalizará el uso de algoritmos e inteligencia artificial para activar protocolos de seguridad, así como la creación de centros de datos que integren la información procedente de todos los dispositivos que interactúan con la seguridad.