Prácticamente en cualquier sitio de Internet al que te dirijas hoy en día te encontrarás con alguna forma de Inteligencia Artificial Generativa (IA Generativa). Lo mismo está ocurriendo en el ámbito laboral, donde la IA generativa domina las conversaciones, desde la junta directiva hasta la sala de descanso, en búsqueda de una nueva ola de transformación digital.
Una encuesta de KPMG realizada en marzo de 2023 a ejecutivos de Estados Unidos reveló que casi dos tercios de las organizaciones (65%) creen que la «Inteligencia Artificial Generativa tendrá un impacto alto o extremadamente alto en su organización en los próximos tres a cinco años». ¿El problema? «Menos de la mitad de los encuestados afirman tener la tecnología, el talento y la gobernanza adecuada para implementar con éxito la IA Generativa».
Este hallazgo puede sorprender a aquellos que se encuentran con chatbots y leen contenido generado por IA a diario. Pero para las organizaciones que han estado siguiendo el viaje de transformación digital corporativa y mapeándolo con capacidades técnicas necesarias para navegar con éxito en ese viaje, esto no sorprende en absoluto.
F5 realizó un análisis del estado actual de madurez empresarial digital basado en esas seis capacidades técnicas y encontró que solo el 4% de las organizaciones operan en el nivel más alto de madurez. Es decir, están cerca de operar completamente como una empresa digital.
La mayoría de las organizaciones (65%) están incursionando en el negocio digital. Muestran signos de madurez, cosechando las recompensas del arduo trabajo de modernizar TI y sus dominios tecnológicos. Es notable que este porcentaje sea casi el mismo que encontró KPMG lamentando la falta de tecnología, talento y gobernanza adecuada para implementar con éxito la IA generativa.
Esto no es una coincidencia. La amplitud y profundidad de las capacidades técnicas necesarias para establecer y operar un negocio habilitado por la IA pueden ser abrumadoras. Desde nuevos dominios técnicos en la arquitectura empresarial, como operaciones de SRE (Site Reliability Engineering), observabilidad y automatización, entrega de aplicaciones y seguridad, hasta la modernización de dominios existentes como datos e infraestructura, se necesita una cantidad significativa de trabajo, especialmente para empresas que existen desde antes de Internet.
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Por eso no es sorprendente que cuando observamos la madurez de las organizaciones a través de las industrias, encontramos que ninguna empresa de servicios financieros opera en el nivel más alto de madurez. Los proveedores de servicios en la nube, las telecomunicaciones y las empresas de tecnología dominan esa categoría. Con excepción de las telecomunicaciones, los proveedores de servicios en la nube y las empresas de tecnología son industrias relativamente adolescentes, con menos deuda técnica y arquitectura que sus contrapartes más tradicionales. Esto les permite avanzar más rápido.
La ausencia de empresas de servicios financieros en la categoría más alta de madurez digital, los «hacedores», puede parecer extraña dada la rápida aparición de la banca digital. Sin embargo, un análisis más profundo permite suponer que el sector financiero se está moviendo a un ritmo más lento por diseño. Añadir una nueva interfaz (aplicaciones y servicios digitales) es similar a poner una fachada brillante en un edificio antiguo: da la apariencia de modernización, pero detrás de escena hay una gran cantidad de tecnología y prácticas tradicionales. Esto no es una condena. Después de todo, hay riesgos costosos en cometer errores, y tienen una carga considerable con infraestructura existente y carteras de aplicaciones que requieren modernización.
Esto también explica la falta de compañías de atención médica en la categoría más alta. Si la carga pesada de carteras y restricciones afectará a la industria de servicios financieros, imagina la carga en las organizaciones de atención médica. Su tendencia a avanzar a un ritmo mucho más lento que otras industrias es comprensible. Son una de las industrias más reguladas y controladas, y con razón, ya que los errores afectaron vidas humanas. La transformación digital no es una carrera; por lo tanto, es alentador ver que algunas industrias están progresando con un enfoque medido y estratégico.
Hay factores específicos que obligan a ciertas industrias a adoptar nuevas tecnologías antes de lo que lo harían normalmente si fuera más cautelosa.
Sube a Bordo o Quédate Atrás
Los beneficios del viaje de transformación digital son innegables. Las organizaciones en todas las etapas de la transformación digital ven beneficios, y aquellas que exhiben una mayor madurez son más propensas a mencionar beneficios comerciales como ventajas competitivas, nuevas oportunidades y eficiencia del negocio.
Hay muy pocas tendencias tecnológicas que impacten a todas las organizaciones en todas las industrias. La Inteligencia Artificial Generativa es solo una de las muchas tecnologías disruptivas que vienen, y si las organizaciones no pueden aprovechar estas tecnologías que cambian el juego, sin duda quedarán rezagadas. La madurez digital indica si una organización está bien posicionada para aprovechar estas tecnologías.
Por: Lori MacVittie, Ingeniera Distinguida de F5