Uno de los desafíos más importantes que tiene el comercio electrónico en México en la actualidad es el de cuidar sus tasas de autorización con el fin de mantener un flujo de ventas positivo y evitar fricciones en la experiencia del cliente legítimo.
Datos de la Condusef y el Banco de México indican que del total de solicitudes de compra realizadas en 2021, el 63% fueron autorizadas de forma exitosa, con un 0.47% de contracargos respecto a dichas compras autorizadas.
Pero ojo, existe el riesgo de que al ‘abrir por completo la puerta’ a las ventas, los defraudadores lleguen a los comercios y realicen diversas prácticas maliciosas que afectan a las empresas comercializadoras de productos y servicios en línea.
La Condusef señala también que tan solo en el tercer trimestre del año pasado se registraron un total de 4 millones 918 mil reclamaciones de posible fraude en diversos sectores del sistema financiero.
Atender esa problemática es crucial. La Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO) señala que ser víctimas de fraude es el principal temor de los usuarios mexicanos al comprar en línea, con un 75%.
Pero un error grave sería establecer una estrategia estricta e inflexible de gestión de riesgo que detenga no sólo a los clientes fraudulentos, sino que genere fricción en los clientes legítimos.
¿Qué hacer al respecto?
Para atender ese problema es necesario contar con tecnología que permita establecer, mediante aprendizaje automático (machine learning), perfiles más precisos del usuario para personalizar su experiencia, mejorar la tasa de autorización, y conocerlo tan a fondo que el usuario fraudulento salga a relucir por sí solo.
“En lugar de enfocar la atención en conocer y detectar a los defraudadores, es importante hacer uso de ‘listas blancas’ y crear perfiles de riesgo a partir de aprendizaje automático, totalmente centrados en reconocer a los clientes legítimos, para adaptar los filtros antifraude y las reglas de cada negocio a la realidad actual en cuanto a hábitos de compra del buen consumidor, leal a la marca”, considera Erick McKinney, Country manager de Adyen México.
Las empresas requieren un aliado tecnológico que pueda ofrecer soluciones digitales para el co-relacionamiento de datos y eventos durante el proceso de pago, utilizando datos como la frecuencia de compra, ubicación y métodos recurrentes, así como protocolos de autenticación dinámica de tarjetahabientes DS. Todo, a su vez, se debe complementar con revisiones manuales para generar un diagnóstico más asertivo de quién está detrás de cada transacción de comercio electrónico.
Hacerlo en la actualidad es fundamental: la prevención y combate al fraude representa un beneficio económico para los negocios. La AMVO indica que los retailers que han adoptado un enfoque innovador para la protección contra el fraude han tenido aumentos de ingresos promedio de entre 4% y 10%.
En la actualidad, ningún negocio puede darse el lujo de dejar su estrategia antifraude para después. Pero, es importante no cometer el error de implementar una estrategia rígida que impacte negativamente en la experiencia del comprador legítimo. Para conseguir el balance antes mencionado, la tecnología es un factor fundamental.