Los nuevos hábitos de compra de los consumidores frente al comercio electrónico y los pagos cashless en la nueva normalidad, destacando el crecimiento que las terminales punto de venta han tenido debido a la ineficiencia e inseguridad del efectivo para operar en un mundo en pandemia, donde identificaron el monitoreo y análisis en tiempo real de los patrones de conducta de los usuarios, y la notificación inmediata de posibles riesgos de fraude a los que están expuestos, como los principales retos para el sector.
En este sentido, Jorge del Castillo,Consultor Principal Senior de Negocio de FICO, destacó que la economía cashless está directamente relacionada con la infraestructura y comentó que en México hay 1 millón 300 mil Terminales Punto de Venta (TPV’s) en toda la República Mexicana; no obstante, puntualizó que “si comparamos este número con los 56 millones de mexicanos laboralmente activos, resulta que nos tocan 2 TPV’S por cada 100 mexicanos que trabajan, mientras que en España o Estados Unidos hay 50, con lo cual tenemos un espacio por crecer”.
Los comercios que reciben tarjeta de débito o crédito como medio de pago facturan hasta un 40% más, cifra que invita a los negocios que aún no cuentan con esta infraestructura a adoptarla lo antes posible.
En México hay 75 millones de dispositivos móviles, de los cuales FICO estima que 50 millones cuentan con la capacidad y seguridad para realizar transacciones monetarias.
A este respecto, Blas Caraballo, Vicepresidente de Pagos Digitales y Servicios Financieros de Walmart México, subrayó que la adopción de la infraestructura es un factor clave para la economía cashless y comentó que la pandemia ha hecho que muchos usuarios participen en el mundo digital usando la que está disponible. “Nosotros vemos en el mercado una aceleración muy importante del comercio electrónico, de hecho, en dos o tres meses avanzamos lo que pensábamos avanzar en 5 años o más”, agregó.
Diferentes indicadores demuestran que el sector está transitando por una aceleración de los pagos electrónicos de todo tipo, ya sean tarjetas de crédito o débito y billeteras electrónicas móviles, también conocidas como wallets. Varios jugadores del ecosistema están impulsando esta digitalización, como es el caso del sector público que ha migrado algunas transacciones a dispositivos electrónicos. Walmart, por su parte, lanzó hace algunas semanas el sistema Self Checkout en la cadena Sam’s.
Por otra parte, Vanessa Hyslop, Director General de Global Payments Technology México, comentó que para que la economía cashless acelere su introducción se requieren esfuerzos como los realizados con la cuenta bancaria de Nivel 2 y el programa de jóvenes de 15 años, lo cual resulta en la bancarización de millones de personas, así como promover y educar en este tipo de acciones. Adicionalmente, destacó que “lo ideal sería que el crédito fuera 100% digital porque hoy todavía es necesaria la firma autógrafa”.
Por ejemplo, la Autoridad de Identificación Única de la India (UIDAI por sus siglas en inglés) en la que a nivel nacional se registraron los datos demográficos y biométricos de toda la población, alcanzando a 1.25 mil millones de personas, lo que dio como resultado una Identidad Digital Única, con lo cual los residentes de este país pueden autenticarse en cualquier momento en distintos canales, además de que lograron abaratar este proceso de afiliación.
Seguridad en pagos cashless
Ante el aumento de este tipo de transacciones digitales, es importante prestar atención en la seguridad de la economía cashless en cuanto a fraudes en línea y fugas de información.
El coronavirus ha representado una gran oportunidad para los cibercriminales por el crecimiento de las transacciones digitales, especialmente porque muchas de estas se llevan a cabo desde dispositivos móviles o de casa que son más vulnerables, recalcó Del Castillo. Para prevenir esta actividad es necesario ampliar la información de consorcio con modelos de algoritmos matemáticos de autoaprendizaje, mismos que determinan los patrones que se están dando para evitarlos antes de que se presenten.
El año pasado en México, el fraude digital representó 740 millones de dólares y señaló que la identidad digital puede ser una estupenda vía para combatir esta práctica si se incluyen las características físicas de los usuarios del sistema financiero, tales como huellas digitales, faciales y de voz, que al combinarse con un algoritmo matemático sobre el comportamiento de las personas, en cuanto a presión y rapidez de llenado de información, es posible garantizar hasta en 98% la seguridad de las operaciones.
La pandemia juntó los canales físicos con los digitales, no es posible sacrificar ninguno de los dos ya que las soluciones digitales otorgan movilidad, con lo que permiten ampliar los servicios tanto de trabajadores independientes, como de Pymes y grandes empresas.
Es necesario fortalecer la experiencia omnicanal y contactless de los clientes, así como para los usuarios y clientes, es necesario perder el miedo a transaccionar en forma digital.