Entre los estragos que la pandemia ha dejado a su paso, está la necesidad de adoptar nuevas soluciones digitales en las empresas para perfeccionar la eficiencia de los procesos y aumentar la productividad. En consecuencia, la monitorización por si sola, ya no es suficiente para el ritmo en el que trabajan las empresas. El siguiente paso está en la observabilidad.
La monitorización es la actividad tecnológica que proporciona información sobre el estado en que se encuentran las aplicaciones y sistemas a través de la recopilación y el análisis de millones de métricas, sin embargo, con los nuevos ritmos y cargas de trabajo, la monitorización resulta una práctica vieja que ya no se puede escalar a las nuevas tecnologías y es por ello que es necesario implementar nuevos métodos como la observabilidad para entender y comprender el estado interno del sistema informático.
La observabilidad es la capacidad de un sistema o red para ser observado y medido de manera efectiva y es importante para detectar y monitorear posibles amenazas o vulnerabilidades en una red, ya que no solo permite obtener información detallada sobre el estado y el comportamiento de la red si no que puede anticipar escenarios de riesgo para el negocio.
El incremento de la digitalización de las empresas mexicanas es aún todo un reto para las mismas, ejemplo de ello es un reciente estudio de IDC en donde encuestó a más de 200 líderes de organizaciones mexicanas de todos los tamaños, mismo que destaca que el 29% de los encuestados afirma trabajar con tecnología lenta, mientras que el 17% lo hace con software obsoleto en la organización.
Gustavo Valdez, Director General de Ikusi México menciona: “Un paso importante para una empresa o negocio es dejar a un lado la tecnología obsoleta e introducir la observabilidad en sus procesos productivos para que la toma de decisiones empresariales esté respaldada y se realice de manera consciente. Las empresas deben ser capaces de obtener información valiosa de los datos tecnológicos que ayudan a mejorar el negocio”.
Herramientas de observabilidad ayudan a los negocios no solo a encontrar los problemas sino a anticiparlos y generar respuestas para la toma de decisiones del negocio, es decir, permite relacionar incidentes con el fin de generar alarmas que detecten en tiempo real comportamientos atípicos y así prevenir interrupciones en el servicio o conflictos que afecten la experiencia digital de los usuarios y la continuidad del negocio.
Además de anticipar las consecuencias negativas por la falta de información y por la poca visibilidad, la observabilidad también trae otras ventajas al negocio como: experiencia de usuario mejorada, reducción de costos operativos, mayor velocidad del desarrollador, mayor visibilidad y mejor flujo de trabajo.
Algunos de los sectores que más se benefician de esta herramienta son: el financiero, donde la observabilidad puede utilizarse para mejorar la eficiencia y la productividad de la banca, determinar las causas de interrupciones de la banca electrónica, precisar el tiempo de transacciones y disminuir el churn (porcentaje de clientes o suscriptores que dejan de utilizar los servicios).
En el sector retail permite localizar y disminuye las interrupciones de las aplicaciones SaaS (software basado en la nube) y fallas en los puntos de venta, agilizar el marketing y ofertas en las aplicaciones en piso, e identifica tiempos de carga y transacciones de una página de e-commerce.
En el sector manufactura brinda seguridad y certeza en la red al operar elementos IoT a distancia, garantiza la transición de los datos desde los dispositivos de IoT y monitorea el rendimiento óptimo de los dispositivos y/o sensores.
“La observabilidad tiene el objetivo de recoger, organizar e integrar los datos relacionados con los procesos internos, las respuestas del cliente y los resultados finales, para diseñar estrategias que permitan aprovechar los recursos tecnológicos y crear experiencias más satisfactorias y productivas”, finaliza Gustavo Valdez.