La pandemia por el coronavirus (Sars-CoV-2) que está atravesando el mundo, ha provocado que el uso de internet sea la principal herramienta para hacer los días más livianos en el confinamiento, sin duda, un recurso que ya se utilizaba mucho antes de esta situación, pero, a raíz de esta emergencia sanitaria su uso se ha disparado, y se ha vuelto esencial para muchas actividades, desde el ocio y el entretenimiento, para el trabajo, así como para hacer deporte, y ahora, para continuar estudiando, reforzando la importancia de la Ley de Ciberseguridad en México.
A pesar de los beneficios que puede representar esta herramienta digital, también tiene algunas implicaciones, dado que las personas al pasar más tiempo navegando en la red, son más susceptibles a ser hackeadas al no contar con elementos de protección.
De acuerdo al MIT Analytics en Cambridge Massachusetts, con la pandemia aumentaron los fraudes y robos de información clasificada mediante ciberataques de una forma exponencial en México.
Considerando que, hasta unos meses, en México no era prioritario se generó una constante la venta de información de tarjetas de crédito, el robo de identidad, e incluso algunas personas continúan siendo víctimas de fraudes, entre otros delitos.
Las leyes se crean para proteger al individuo y sus intereses, pero, cuando los problemas de afectación que llegan a surgir son nuevos, tal como pasa con la web y las redes sociales, es necesario que se elaboren nuevas leyes que garanticen la defensa de los ciudadanos.
El año pasado en México se impulsó una Ley de Ciberseguridad, misma que no es muy conocida por lo que el 9 de julio de este año la Cámara de Diputados propuso la creación de un grupo dedicado al tema para lograr emitir esta ley y que la misma garantice la protección tanto al individuo, como a las empresas de los peligros existentes en las redes sociales y los sitios web en general; ya que también hace unos meses las páginas de la Condusef y el Banco de México fueron blanco de los ciberataques por “Anonymous”.
Por ello, la Estrategia Nacional de Ciberseguridad, fue un documento que se publicó con la finalidad de ser un ente regulador, para impulsar mejores prácticas en la vida digital, y con ello, manejar un plan de continuidad que abarque las futuras demandas en este tema.
“Cuando las personas pasan horas adentradas en la web, en muchas ocasiones visitan páginas que ya están infectadas con un código malicioso, el cual representa un ciberataque que se filtra a los dispositivos mediante los sitios que frecuenta el usuario cuando navega en internet y, por ese medio, se puede obtener información personal como datos de identificación, lugar donde trabajas, ocupación, entorno social, etc”, señala Emilio Gárate, socio de la firma legal de BC&B.
En este aspecto, en el informe de la Dirección General Científica de la Guardia Nacional se dio a conocer que, durante diciembre de 2019 a febrero de 2020, se registró una disminución del 12% en la actividad maliciosa en internet, sin embargo, a partir de marzo, esa cifra se incrementó en un 14% debido a la emergencia sanitaria.
En este sentido, la tendencia internacional en esta materia indica que los incidentes y ataques cibernéticos están aumentando en frecuencia, grado de afectación y sofisticación. Por lo tanto, empresas y gobiernos a nivel mundial reconocen la necesidad de contar con marcos normativos, medidas y capacidades de seguridad de la información y ciberseguridad mucho más robustas, así como contar con la cooperación e intercambio de información de manera que se pueda hacer frente a los ataques informáticos, amenazas y riesgos en el ciberespacio que han ido incrementando con más frecuencia actualmente, al igual que la prevención y atención a los delitos que se cometan a través de y en contra de las tecnologías de información y comunicación (TIC).
No obstante, las acciones relacionadas a la Ley de Ciberseguridad no han sido favorables en la actual gestión, por lo que actualmente con la llegada del nuevo Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que entró en vigor el pasado 1° de julio, se busca impulsar los factores que podrían hacer que esta iniciativa camine. Y es que, sin duda respecto a otros países, México ha quedado rezagado en materia de ciberseguridad, y entre más vida digital exista en el país, es urgente que impulsen este tipo de iniciativas.
En México los internautas han pasado de ser 40 a 82.7 millones de personas en tan solo 6 años (2012 a 2018), de acuerdo con el 15º Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México en 2018 publicado el 31 de julio de 2019.
Es por esto que la Secretaria de Seguridad Multidimensional de la OEA, destacó y reafirmó el compromiso de la Organización de los Estados Americanos (OEA) de apoyar al gobierno mexicano en el Desarrollo de su Estrategia Nacional de Ciberseguridad para enfrentar los desafío en el ciberespacio, afirmando que “Uno de los nuevos desafíos del Siglo XXI se encuentra en el ciberespacio, donde desde un ordenador en cualquier parte del mundo se puede dañar la infraestructura de una nación entera.”
La pandemia actual ha marcado un punto de inflexión fundamental, acentuando como nunca antes nuestra dependencia de la infraestructura digital, exponiendo, también, las deficiencias estructurales que nuestra sociedad ha venido acarreando en sistemas como el de salud, economía, empleo y educación. En tan sólo un lapso de 3 meses experimentamos una aceleración de la transformación digital que se tenía anticipado ocurriría en un lapso de 3 años. Este aumento extraordinario ha resultado en una vulnerabilidad en el ecosistema digital para el que desafortunadamente México no está preparado, de acuerdo con el Reporte Ciberseguridad 2020: riesgos, avances y el camino a seguir en América Latina y el Caribe publicado por la OEA y el Banco Interamericano de Desarrollo (IDB).
“Finalmente, para aprovechar los beneficios que nos ofrece la tecnología, es fundamental que existan reformas y marcos regulatorios, para contar con una normatividad en la gestión de seguridad de la información, que incorporen estrategias de ciberseguridad para la prevención, detección y respuesta a incidentes cibernéticos; pero en lo que se avanza en estas medidas, mantenernos alertas y precavidos es siempre la mejor manera de protegernos contra los ataques de los ciberdelincuentes”, afirmó Emilio Gárate.