La tecnología ha tomado un rol fundamental en el desarrollo de distintas entidades bancarias y fintech, dándole la capacidad de mejorar la gestión de clientes y ampliar la oferta de todos los actores que hacen parte del ecosistema. Este proceso de digitalización no solo ha contribuido a superar los desafíos de la pandemia y la inflación, sino que será la clave en los próximos años para el fortalecimiento y crecimiento de la industria y, en muchas situaciones, apoyar la tan necesaria inclusión financiera de la región, así lo describe Mambu.
“En Latinoamérica se ha dado un gran avance en la transformación digital y creación de nuevos modelos de core bancario que buscan agilizar procesos y llegar a nuevos clientes principalmente en países como México, Brasil, Colombia, Chile, Argentina y Ecuador; sin embargo, hemos visto que existen otros mercados como Perú, Centroamérica y República Dominicana, que también están en la búsqueda de soluciones nativas en la nube, debido a su capacidad de brindar eficiencia en costos de hasta un 90%, lograr mayor escalabilidad y poder sumar más actores y mejorar la capacidad de innovación”, comenta Juan Pablo Jiménez, vicepresidente regional para América Latina en Mambu.
Son muchos los dolores o ‘pain points’ que tienen las instituciones financieras, sin embargo, al adoptar plataformas nativas en la nube, podemos identificar los siguientes beneficios en un plazo bastante corto:
- Velocidad y costos: implementar modelos que permitan gestionar los productos y servicios financieros con mayor eficiencia será una de las verticales más importantes para la competitividad del mercado, especialmente para las fintech.
- Diversidad de clientes: uno de los beneficios de la digitalización, es la inclusión de nuevos grupos de población en la utilización de servicios bancarios, particularmente aquellas generaciones más jóvenes y quienes tradicionalmente no han podido estar bancarizados. Gestionar gran variedad de cuentas y perfiles puede ser un desafío, y más aún con la llegada masiva de personas que se suman al uso de estos servicios digitales. Para ello, la implementación de la nube será una de las prioridades para permitir el ingreso de nuevos usuarios, ofreciéndoles productos mucho más personalizados que lideren esta inclusión financiera a la base de la pirámide.
- Adaptación y actualización: hoy en día existe una gran variedad de sistemas legados que siguen siendo usados por entidades que llevan más tiempo en el mercado y han pasado por distintos procesos de adopción tecnológica. Esto representa un gran reto para adaptarse a nuevas tecnologías, pues implican múltiples costos operativos y de capital para su actualización o crecimiento.
El vicepresidente de Mambu en América Latina agrega que, “hoy en día, existe una manera distinta de hacer las cosas, y para tener resultados diferentes hay que innovar. Los avances de última generación deben ser un apoyo que favorezca la adaptación y no representar un obstáculo”.
- Productos al instante: en los últimos años, actores como el retail, el área automotriz o negocios inmobiliarios, se han sumado a bancos y fintech como parte del ecosistema buscando ofrecer beneficios a sus clientes con mayor facilidad y menores costos. Ante este escenario, que incluye a más competidores para el 2023, contar con un core bancario que permita crear y lanzar nuevos productos en cuestión de minutos, será una pieza clave para atraer a clientes y obtener mejores resultados.
“La industria bancaria y fintech tiende cada vez más al uso de la tecnología como una herramienta indispensable para mejorar y ampliar su alcance en Latinoamérica. Sin duda, este será uno de los pilares para el crecimiento y democratización de los servicios bancarios o crediticios”, concluye Juan Pablo Jiménez, vicepresidente regional para América Latina en Mambu.