Durante la pandemia, la sociedad ha exigido esfuerzos considerables a los centros de datos y a la infraestructura digital y, en general, estos han cumplido con lo esperado. Si bien para satisfacer la creciente demanda de potencia informática y servicios digitales, los centro de datos son cada vez más poderosos -pasaron de 10 o 20 MW cinco años atrás a un máximo de 100 o 200 MW ahora-, muchos de los nuevos y más grandes centros de datos están siendo construidos por proveedores de coubicaciones (donde los clientes alquilan y comparten espacio y potencia informática en el centro de datos) u operadores de centros de datos de “hiperescala”, tales como Google, Amazon y Microsoft.
Las nuevas tecnologías de elevado consumo energético como las redes móviles 5G, la inteligencia artificial (IA) y la computación de alto rendimiento plantearán mayores exigencias a los centro de datos.
Sin embargo, cumplir dicha demanda es solo uno de los desafíos. Los centros de datos también están sometidos a una creciente presión -por parte de clientes, gobiernos y reguladores de la industria- para “hacer más con menos” y ofrecer más potencia informática al consumir menos energía y reducir a la vez su huella de carbono.
Factores clave para controlar el consumo energético del centro de datos, así como otros aspectos de la sostenibilidad como el consumo de agua, son la eficiencia y efectividad de los sistemas de enfriamiento.
Tendencias del centro de datos
La actividad en el mercado de centros de datos se ralentizó en 2020 debido a la pandemia, pero ahora se está acelerando con un primer semestre récord, así lo señaló Penny Madsen-Jones, directora de investigación y servicios de asesoría y transacciones de centros de datos para EMEA en CBRE. “Creemos que está llevando al mercado por buen camino para presenciar un año récord en términos de demanda, y contamos también con mucha más oferta disponible en línea”, declaró.
Otras tendencias clave en el mercado de centros de datos incluyen un aumento de empresas que utilizan centros de datos de coubicaciones, en lugar de ser los propietarios, con el fin de obtener acceso a la nube y a los centros de datos que experimentan con “servicios de balance de red” (y obtener ingresos adicionales al devolver energía a las redes de suministro eléctrico), añadió Madsen-Jones. Los nuevos mercados de centros de datos (dentro y fuera de Europa) están desafiando a los dominantes Frankfurt, Londres, Ámsterdam y París -o más conocidos como “FLAP”- y los Estados Unidos de América, apuntó.
Durante la pandemia, era necesario para los gobiernos permitir el traslado del personal entre centros de datos. En muchos países, esto formaba parte de la lista de industrias/trabajos esenciales. Un perfil público más alto también significa un mayor escrutinio de su impacto en las sociedades y el medio ambiente. Con el auge de la industria de centros de datos y sus ansias de expansión, lo cual puede empujar los precios de inmuebles al alza en zonas residenciales y aumentar las limitaciones de potencia de las redes eléctricas, los gobiernos también tienen una mayor conciencia de la huella de carbono de la industria, estimada en aproximadamente uno por ciento del consumo global de electricidad, aunque algunos expertos calculan que la cifra podría ser mayor.
“Estamos observando un mayor interés de reguladores en Europa y en todo el mundo por el impacto ambiental, incluido el consumo de energía y agua”, señaló por su parte Ali Moinuddin, director general del Uptime Institute.
Normas de sostenibilidad
No son pocas las normas en materia de eficiencia energética; existe por ejemplo, el código de la Unión Europea para la eficiencia energética en centros de datos. Las iniciativas voluntarias de la industria -tal como el Pacto por la Neutralidad Climática de los Centros de Datos– en Europa, entre los proveedores de infraestructura en la nube y los operadores de centros de datos, han logrado acuerdos para hacer los centros de datos europeos climáticamente neutros para 2030, lo cual es un avance en la dirección correcta.
Más organizaciones se están comprometiendo a reducir sus emisiones de carbono o incluso, como Microsoft, el cual ha prometido ser carbono “negativo” para 2030, lo que significa que la compañía de software eliminará más carbono de la atmósfera del que produce.
Para ayudar a los centros de datos a ser más sostenibles, los fabricantes deben estar un “paso adelante” del desarrollo tecnológico, normativo y comercial, para poder proponer “la tecnología adecuada para el entorno adecuado”, señaló Roberto Felisi, director sénior de Thermal Global Core Offering y líder empresarial de Europa, Medio Oriente y África en Vertiv.
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Tecnología de enfriamiento
Los avances en sistemas de enfriamiento líquido pueden ayudar a los centros de datos a reducir sus emisiones de carbono. El enfriamiento líquido requiere menos energía para enfriar los centros de datos que el uso de aire para controlar las temperaturas. La tecnología se encuentra en una fase inicial y, por el momento, no es muy utilizada. Sin embargo, se espera que crezca con rapidez en los próximos tres años.
Una reciente investigación llevada a cabo por Omdia prevé que también habrá un fuerte crecimiento de los distintos tipos de enfriamiento líquido, incluidos los “sistemas de enfriamiento por inmersión”, en el cual los servidores y otro equipo de TI son sumergidos en líquido refrigerante dentro de tanques, y “directo al chip” (donde el líquido refrigerante se suministra directamente a los chips informáticos en los equipos del centro de datos para mantenerlos fríos), y espera que esta industria se duplique entre 2020 y 2024.
Nigel Gore, gerente sénior de gestión de ofertas en Vertiv, añadió: “Con el enfriamiento líquido, dependemos en gran medida del acontecimiento de dos avances tecnológicos. Los centros de datos deben ser capaces de respaldar el enfriamiento líquido y conjugarlo con los dispositivos de TI que puedan funcionar con este tipo de enfriamiento. Por ejemplo, el enfriamiento líquido directo al chip o los dispositivos de TI habilitados para la inmersión”.
El enfriamiento líquido también podría contribuir a que la computación de alta densidad se vuelva más energéticamente eficiente, añadió.
Energía verde
Algunos centros de datos, como el Green Mountain de Noruega, también están marcando la pauta. Esta antigua instalación de almacenamiento de municiones de alta seguridad de la OTAN, situada en las profundidades de las montañas noruegas, y convertida en un centro de datos, funciona totalmente con energía hidroeléctrica. Recientemente, Green Mountain, uno de los centros de datos más sostenibles del mundo, se ha convertido incluso en uno de los más ecológicos, al actualizar sus tecnologías de gestión de potencia y gerenciamiento térmico.
Para los centros de datos, dos preguntas clave sobre la eficiencia energética son: “¿Cuánta energía están consumiendo? y ¿cuán eficientes son sus centros de datos al convertir energía en computación?”, señaló Alexander de Flon Rønning, gerente de diseño y producto de Green Mountain.
Aun así, sean cuales sean los avances tecnológicos y la autorregulación, es poco probable que sean suficientes. Es posible que los gobiernos y organismos reguladores de todo el mundo impongan nuevas normas ambientales y de eficiencia energética al sector (“no es cuestión del cuándo, sino de si sucederá”), comentó Moinuddin del Uptime Institute.
La necesidad de infraestructuras de enfriamiento sostenible está impulsada por la demanda y las regulaciones de los clientes. Pero los avances como el enfriamiento líquido pueden contribuir a que los operadores de centros de datos superen estos desafíos.
Con información de Vertiv.