En los últimos años, la transformación digital en las empresas —sin importar su tamaño— ha cobrado relevancia por su capacidad de eficientar procesos, incrementar la productividad y mejorar la satisfacción de clientes y colaboradores ante este nuevo panorama de economía remota. Incluso firmas como IDC estiman que, durante 2023, la inversión en tecnologías centradas en los negocios aumente un 12.6% en la región.
Cada vez son más comunes los casos de éxito en digitalización. No obstante, aún hay resistencia al cambio en algunos tomadores de decisión en América Latina, sobre todo en México. El desconocimiento de las nuevas tecnologías o la abrumadora oferta de soluciones, resulta en empresas no capacitadas para aprovechar la digitalización, sacrificando los beneficios que estas pueden traer a sus negocios y sus colaboradores.
En un mundo cada vez más conectado, la economía remota —que consiste en actividades económicas habilitadas por el uso de Internet—, ha desencadenado un auge en la productividad en diversos mercados alrededor del mundo, convirtiéndose en un catalizador del crecimiento económico y la innovación. De acuerdo con el estudio “Liberar el potencial de la economía remota”, elaborado por Economist Impact y patrocinado por DocuSign, a medida que esta forma de hacer negocios se expande tiene la capacidad de aumentar la productividad. En el caso específico de México, se estima un incremento de 9% hacia 2030. Adicionalmente, la proyección señala una posible aportación de 3.1% al PIB nacional en el mismo periodo de tiempo.
Según el estudio, más de tres cuartas partes de los encuestados coinciden en que la flexibilidad para trabajar a cualquier hora y desde cualquier lugar ha aumentado la productividad de los colaboradores. En este sentido, el 52.9% de los ejecutivos mexicanos aseguró que la economía remota ha tenido un impacto muy positivo en el bienestar de sus empleados. El informe también detalla que tanto los ejecutivos (59%) como los consumidores (47%) esperan que la economía remota siga creciendo, generando un impacto positivo en la creación de empleo a nivel global.
La digitalización ha favorecido la creación de una fuerza laboral más equitativa y diversa, que brinda nuevas oportunidades económicas para personas de distintas ubicaciones geográficas y situaciones, como madres y padres de familia, personas de la tercera edad y mujeres, así como personas que habitan áreas rurales o economías en desarrollo. Sobre este punto, 74.1% de los ejecutivos mexicanos afirman que la adopción del trabajo a distancia, habilitado por la digitalización, ha hecho posible una mayor diversidad e inclusión en su plantilla de colaboradores.
Adicionalmente, en el caso de México, la participación laboral de las mujeres crecería 8 puntos porcentuales en 2030, llegando a 52.7%. A nivel global, en ese mismo año se incorporarían 25 millones de mujeres a la fuerza de trabajo. Asimismo, se estima que, para el final de la década, se crearán 2.6 millones de puestos de trabajo adicionales en zonas rurales.
Por otra parte, como resultado de la inversión en tecnología empresarial para modernizar los procesos de las organizaciones, se fortalecen sus ventajas competitivas, puesto que se alinean a los estándares internacionales. En este rubro, el 52% de los ejecutivos en Latinoamérica reportaron que la inversión en transformación digital tuvo el mayor impacto en su industria, entre los que destacan los sectores de ciberseguridad, mantenimiento de hardware y talento digital. Como consecuencia, las empresas en la región cuentan con el mayor potencial para la implementación de inteligencia artificial para automatizar procesos (77%), superando al de regiones como Norteamérica (67%) y Europa (71%) en este aspecto.
De esta forma, la adopción de innovación tecnológica se perfila como una de las principales oportunidades de desarrollo de la región, que cuenta con un potencial enorme para destacar a nivel internacional. El mayor obstáculo que Latinoamérica enfrenta para convertir en realidad su prometedora capacidad parece ser la resistencia al cambio aliada a la ausencia de capacitación apropiada, que tiene su raíz en un miedo injustificado, puesto que en el mercado existen soluciones muy amigables con el usuario, con el respaldo de compañías especializadas en la parte técnica, acompañando todo el proceso de migración digital. Incluso es posible personalizar las herramientas a las necesidades específicas de la operación de cada empresa.