Las estructuras cibercriminales son cada vez más complejas y su industria es una de las que más rápido crece. ESET Latinoamérica realizó un análisis sobre precios y productos en la dark web con información actualizada y nuevos servicios, como servicios de hacking, venta de exploits o lavado de criptodivisas, para comprender cómo funciona el negocio del cibercrimen y cuáles son las cifras.
Un grupo cibercriminal está conformado por al menos 10 personas, cada una de ellas con diferentes roles y tareas. Están los desarrolladores de malware, que se encargan de programar los códigos maliciosos, empaquetarlos y aplicar diferentes técnicas para lograr evadir la detección de los antivirus, y por otra parte los spammers, que se ocupan de la cadena de distribución, el equipo de infraestructura, que brindan soporte para que los servidores y las redes que utiliza el grupo permanezcan anónimas y operativas.
Por otro lado, el equipo financiero que cobra el dinero por los servicios y productos ofrecidos, así como las mulas, que permiten que el dinero recaudado llegue finalmente a los delincuentes. Según una investigación del FBI, en muchos casos las mulas son reclutadas mediante falsos avisos con promesas de trabajo online, puestos como agentes de pagos y transferencias, avisos que prometen ganar dinero navegando en Internet o cualquier otro anuncio que implique mover dinero y ganar una comisión.
Las mayores ganancias de estos grupos provienen de la venta de productos y servicios en la dark web, como son:
- Servicios de Hacking: Los atacantes se promocionan destacando sus habilidades técnicas y conocimientos en diferentes lenguajes de programación. Ostentan tener acceso a exploits zero-day y todo tipo de técnicas para cometer un ataque informático, acceso ilegal a sitios web o una organización. El precio varía dependiendo la arquitectura del sitio y de la organización. También ofrecen cambiar las notas de un alumno o el acceso a un teléfono móvil que es un poco más económico, así como el acceso al correo electrónico y redes sociales. La mayoría de los atacantes ofrecen trabajos personalizados, cuyo valor dependerá de la complejidad, alrededor de 250 euros la hora. De hecho, si el problema a resolver es urgente, se ofrece un servicio Premium que garantiza una respuesta en 30 minutos.
- Alquiler de Botnets y ataques DDoS: Se identificaron ofertas de ataques de denegación de servicios llevados a cabo mediante grandes botnets distribuidas. Por ejemplo, el vendedor “DDoS Master” ofrece dejar sin servicio un sitio web desde 89 dólares por 2 días y hasta 1 semana por $623. Además, en el sitio se pueden ver comentarios y la reputación de este vendedor, aunque teniendo en cuenta que se trata de negocios ilegales, esta reputación es dudosa. Por otro lado, se puede adquirir un paquete para el armado de una botnet propia, que incluye el panel de control, el builder y los plugins para control remoto. Además, el servicio incluye manual de instrucciones, soporte y actualizaciones.
- Venta de Exploits en la dark web: Existen bases de datos con todo tipo de exploits. Algunas pueden descargarse gratis y es probable que sean para vulnerabilidades ya corregidas. También se encuentran algunos más críticos entre 0.1 y 0.5 Bitcoins. Se identificaron además exploits para vulnerabilidades zero-day, aunque es necesario realizar un depósito para poder ingresar a esta área restringida. Si bien este dinero queda como crédito, lo cierto es que muchos de los exploits en esta sección probablemente sean aún más caros.
- Venta de Servidores e información: Los cibercriminales también comercializan servidores comprometidos e información de usuarios que han logrado robar. Se ofrecen servidores de cualquier país del mundo, al cual el comprador puede acceder por escritorio remoto y controlar como prefiera. Estos servidores se venden principalmente para realizar ataques, guardar información ilegal temporalmente, o para realizar actividades sin dejar rastro.
Hasta fines del año pasado había en este portal casi 2.500 servidores de Brasil, más de 500 de Argentina, 330 en México y 250 de Colombia. Los precios rondan los 10 y 12 dólares por servidor, aunque pueden llegar a valer 15 dólares cuando el equipo cuenta con más recursos y un sistema operativo más actualizado.
La mayoría de los equipos comprometidos tienen Windows Server 2008 y Windows 7, dos sistemas operativos casi obsoletos y con conocidos problemas de seguridad.
Además, se vende información de personas físicas, se puede adquirir una nueva identidad que incluye correo electrónico, contraseña, dirección, documento de identidad y hasta números de seguro social o empadronamiento.
También se venden cuentas de Amazon, Paypal y otros servicios de pago online por un valor aproximado del 10% del saldo disponible en la cuenta.
Asimismo, se comercializan las tarjetas de débito y crédito obtenidas a través de engaños como el Phishing. Por último, además de la información robada también se ofrecen servicios de Ingeniería Social con el fin de obtener, por ejemplo, acceso a cuentas de redes sociales.
- Servicios Financieros y lavado de criptodivisas: Los servicios de lavado de Bitcoin, también llamados Bitcoin Mixers, son cada vez más populares. El mecanismo es muy sencillo, dado que la cadena de bloques que almacena las transacciones en bitcoins es pública y rastreable, por ello se ofrece realizar numerosas transacciones pequeñas entre el dinero “sucio” y dinero “limpio” de sus reservas. De esta manera se pierde la trazabilidad y continuidad de las transacciones, logrando mayor privacidad y dificultando el rastreo del dinero.
En estas últimas semanas, la preocupación mundial que provocó el nuevo coronavirus fue aprovechada por todo tipo de cibercriminales, quienes comenzaron a realizar campañas de distinta naturaleza intentando aprovechar esta situación .
“Si bien los operadores detrás del ransomware Maze comunicaban que durante la pandemia no atacarían a instituciones de la salud, otros tipos de ransomware, como Ryuk, continuaron apuntando a hospitales. Esta visión dividida también se puede ver en los foros de la dark web, donde algunos usuarios ofrecen datos y documentos relacionados al COVID-19 y consultan cómo aprovecharse de esta situación para ganar dinero; mientras que otros, a diferencia de lo que uno podría imaginarse en este tipo de sitios, proponen donar un porcentaje de sus ganancias para ayudar a quienes más lo necesitan.”, comenta Camilo Gutiérrez, Jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica.