John Kelly, vicepresidente ejecutivo de IBM; y Brad Smith, presidente de Microsoft; junto a representantes de el Parlamento Europeo y la FAO, han firmado el Rome Call for AI Ethics, que ha sido establecido por la Academia Pontificia por la Vida y bendecido por el Papa Francisco.
El compromiso del Rome Call for AI Ethics subraya la necesidad de que la inteligencia artificial se regule y se base en los intereses y valores humanos.
Estas dos compañías de tecnología son muy relevantes en el mundo de la Inteligencia Artificial, ayudando en su desarrollo y destacados por el números de patentes que han logrado.
“La inteligencia artificial es una tecnología increíblemente prometedora que puede ayudarnos a hacer que el mundo sea más inteligente, más saludable y próspero, pero solo si está formada desde su base por los intereses y valores humanos. El Rome Call for AI Ethics nos recuerda que tenemos que elegir cuidadosamente a quién beneficiará la IA y debemos hacer al mismo tiempo importantes inversiones en personas y habilidades. La sociedad tendrá más confianza en la IA cuando las personas vean que se está construyendo sobre una base de ética, y que las compañías detrás de la IA están abordando directamente cuestiones de confianza y responsabilidad”, comentó John Kelly, vicepresidente ejecutivo de IBM.
Por su parte, Brad Smith, presidente de Microsoft comentó: «La IA debe guiarse por fuertes principios éticos que se basen en las tradiciones mundiales de derechos humanos».
Los 6 principios de Rome Call for IA Ethics
El Rome Call for AI Ethics es un compromiso para trabajar juntos en promover el avance ético de la IA, según lo definido por 6 principios, que también están reflejados en los Principios por la Confianza y la Transparencia de IBM; incluyendo:
- Transparencia: en principio, los sistemas de Inteligencia Artificial deben ser explicables.
- Inclusión: se deben tener en cuenta las necesidades de todos los seres humanos, para que todos puedan beneficiarse y se les ofrezca a todos los individuos las mejores condiciones posibles para expresarse y desarrollarse, fomentando la participación social e incluyendo a los más vulnerables.
- Responsabilidad: quienes diseñan y despliegan el uso de IA deben proceder con responsabilidad y transparencia, teniendo en el centro el bien de la humanidad y con un enfoque sostenible.
- Imparcialidad: no crear ni actuar de acuerdo con prejuicios o discriminación, salvaguardando así la equidad y la dignidad de cada ser humano.
- Confiabilidad: los sistemas de IA deben poder funcionar de manera confiable.
- Seguridad y privacidad: los sistemas de inteligencia artificial deben funcionar de forma segura y respetar la privacidad de los usuarios.
Adherirse a estos principios y promover el avance ético de la IA también debe incluir compromisos con la educación, asumiendo la responsabilidad de educar a todas las generaciones sobre cómo asociarse con estas tecnologías, para que los beneficios se puedan disfrutar ampliamente en toda la sociedad.
El Presidente de la Academia Pontificia para la Vida, Arzobispo Vincenzo Paglia, dijo: «La primera firma de este llamado no es una culminación, sino un punto de partida para un compromiso que parece aún más urgente e importante que nunca. Unirse a esta iniciativa implica un compromiso para las industrias que lo firman, que también tiene relevancia en términos de costos y contribución industrial para desarrollar y distribuir sus productos».