La pandemia transparentó la oportunidad de competitividad que representan las soluciones de pago de última generación para las empresas. Esto, como consecuencia del deseo de los consumidores de vivir una experiencia de compra veloz, segura y automatizada en la que se reduzcan pasos para efectuar una transacción exitosa de pago con todas las tarjetas, wallets y contactless.
La economía de bajo contacto post COVID-19 provocó un descenso en el uso de efectivo e incluso de tarjetas bancarias, cambio que dará pie a que los clientes se acostumbren a esquemas de pago vanguardistas en el que ya no esté de por medio una tarjeta física, por lo que esperarán que el mismo nivel de servicio aplique para la mayoría de los negocios.
Hoy las soluciones de pago están desarrollándose a la par de las preferencias, estilo de vida y exigencias de los consumidores.
Según el Digital Wallets: Deep Dive Strategy & Competition 2019-2024 de Juniper Research, al menos el 50% de la población mundial dispondrá de carteras digitales para el 2024.
La remodelación del sector empresarial
En este punto las compañías deben identificar los diferenciadores tecnológicos que les ayuden a proporcionar la mejor experiencia de cobro. El requerimiento es actualizar sus sistemas para mantener el ritmo ante las crecientes demandas mediante un cambio transformador en sus ecosistemas de pagos que a la par les ayude a incrementar su nivel de facturación.
“Cuando el mercado está en constante cambio de nuevas formas de vender, comprar, pagar y cobrar son las empresas las que deben esforzarse por ofrecer una infraestructura disruptiva de métodos y soluciones de pago, de acuerdo con las necesidades de sus consumidores”, dijo Sergio Villarruel, Director Comercial y de Marketing en Fiserv.
La historia se repite
Hace algunos años, las tarjetas bancarias desplazaron poco a poco al dinero físico. Hoy, una vez más, la tecnología es el común denominador del sector empresarial. Actualmente, operar sin contacto, la ausencia de intermediarios y la alta velocidad con la que se llevan a cabo las transacciones serán condicionadores básicos de competitividad.
En un mundo donde los consumidores desean que cualquier etapa del proceso de compra esté al alcance de un solo clic y te ofrezca diversas opciones de pago es tarea de los comercios dar esa posibilidad. Agregar múltiples canales de pago y ser flexible ante los avances digitales mejora los índices de satisfacción de los clientes, así como el potencial de crecer en lo financiero.