A medida que crecen las ciudades, aumenta la necesidad de hacerlas cada vez más inteligentes. Gracias a la sensorización de elementos urbanos, el proceso de urbanización dependerá de convertir los datos disponibles en conocimiento para que facilite la gestión sostenible de las áreas urbanas.
El servicio de recogida de residuos y limpieza viaria se posiciona como uno de los grandes retos de las ciudades, llevándose hasta el 20% del presupuesto municipal en algunos casos. Con el crecimiento de las ciudades, se generarán cada vez más residuos (un 70% de aumento por década) y el gasto aumentará de forma proporcional, si no se pone remedio.
Sin embargo, no todas las administraciones tienen la información y el conocimiento que se requieren acerca de los servicios de recogida y limpieza viaria como para poder hacerlos más eficientes y sostenibles.
Además, estos servicios son de los más visibles para los ciudadanos, por lo que una ciudad más limpia se traduce inmediatamente en una mejor imagen pública del ayuntamiento y del servicio que presta a sus ciudadanos.
En nuestro contexto actual, caracterizado por presupuestos cada vez más reducidos, las administraciones se ven obligadas a “hacer más con menos”. Esto complica aún más el hecho de mantener o incluso aumentar la calidad del servicio prestado a sus ciudadanos, y poco menos que imposible si se trata de prestar el servicio de la forma tradicional.
La pregunta es: ¿podemos tener una ciudad más limpia y sostenible pagando lo mismo o incluso menos?
Aumentar la calidad del servicio y, al mismo tiempo, reducir sus costos pasa necesariamente por digitalizarlo. Digitalizar el mundo físico siguiendo el paradigma del IoT nos permite entender realmente lo que está pasando en el día a día del servicio, conocerlo mejor, ser más transparentes, y mejorarlo.
No obstante, digitalizar un servicio tradicional no va a suponer la mejora continua deseada. Los sensores no nos darán la eficiencia por sí solos. Para conseguirlo es necesario vigilar la operación y tomar decisiones. Es importante recordar que la tecnología sensórica tan sólo es una herramienta para acceder a datos, pero también es nuestra responsabilidad convertir el dato en conocimiento, que permita la toma de decisiones eficientes.
Cabe destacar que esta idea sólo funcionará si todos los implicados (ayuntamiento, empleados y socios tecnológicos) son capaces de colaborar y mirar juntos al futuro buscando un beneficio común.
¿Cuánto me va a costar la digitalización?
Entre un 1% y un 4% del presupuesto del servicio tradicional debería ser suficiente para digitalizarlo. Además, lograr un nivel de eficiencia en el servicio que cubra esa inversión no debería ser difícil ya que los puntos de mejora son diversos.
La solución Smart por excelencia en estos casos es la monitorización del nivel de llenado de los contenedores. El beneficio directo que nos reporta es conocer en tiempo real el estado de ocupación de todos los contenedores desplegados en calle, lo que nos permite optimizar las rutas de recogida de los camiones, evitando recolectar contenedores que no están suficientemente completos. Esta información puede implicar redefinir la topología del parque de contenedores disponibles en las calles, para hacerla más óptima, hasta reducir el número de contenedores recolectados cada día a la mitad según el caso, con el consiguiente ahorro al ajustar la planificación de rutas a las necesidades reales de la ciudad. Los costes operativos de esta parte del servicio pueden reducirse en algunos casos hasta en un 40%.
Los dispositivos de telemetría embarcada de los que se dota a la flota de vehículos municipales proporcionan información relevante en tiempo real sobre el estilo de conducción de los operarios. De este modo, podemos identificar posibles áreas de mejora en el manejo del vehículo lo que repercute en un aumento de rendimiento de combustible de hasta el 5%, y adicionalmente disminuyen en la misma medida las averías y el desgaste de los neumáticos.
Conocer los recorridos y la actividad de los vehículos de limpieza nos ayuda a aumentar la productividad de este tipo de maquinaria hasta en un 10%, a través de la optimización de rutas de limpieza mecánica, actuando sobre los tiempos de trabajo, paradas y tiempos de tránsito que en ocasiones son tiempos no productivos y se pueden minimizar con una redefinición de la planificación.
La utilización de “smartphones” como herramienta de trabajo habitual, nos permite reducir los costes de tramitación de incidencias y órdenes de trabajo, o en las tareas de inventariado de activos en calle (contenedores, papeleras, alcorques…), haciendo uso de la capacidad de posicionamiento GPS y lectura de etiquetas de radio frecuencia (NFC/RFID) del terminal.
“La tecnología es un medio para lograr que un servicio sea más inteligente, nunca un fin”. Esta es la filosofía que las ciudades deben perseguir en todos sus servicios urbanos.
Estas nuevas formas de prestar los servicios persiguen optimizar la calidad de vida de los ciudadanos en primer término y la sostenibilidad económica.
Los costos de digitalización frente a los costos del servicio tradicional no parecen tan grandes como para no ser recuperados por las eficiencias logradas. Pero debemos recordar que son sólo una herramienta, por sí solos serán únicamente un coste añadido e innecesario, si los desplegamos debemos estar dispuestos a usar la información que nos reportan y a tomar decisiones que nos ayuden a mejorar. Porque los responsables del servicio seguimos siendo las personas, no los dispositivos.
Por: Pablo Cabricano, Jefe de IoT en everis