El 2023 pareciera traer consigo una nueva normalidad para todos, sin embargo, es claro que no estamos regresando al mismo espacio laboral que a inicios de la pandemia. Pese a que el teletrabajo marcó un antes y un después para el sector empresarial, en la mayoría de los casos se implementó como una medida de emergencia que permitiera mantener la continuidad de negocio; pero, tras un paulatino levantamiento de las restricciones sanitarias y la reapertura de cada vez más espacios centrados en lo presencial, ¿cuál es el siguiente paso? Los usuarios exigen cada vez más un trabajo flexible.
De acuerdo con un estudio de Gallup, antes del 2020, los índices de empleados desarrollándose en modelos de trabajo remoto eran inferiores al 10%, cifras que se incrementaron a alcanzar 70% del capital humano en la etapa más crítica de la coyuntura sanitaria. Estos números se transformaron de forma importante en el último año, al grado que si bien gran parte de los trabajadores (42%) se desempeñan bajo un modelo híbrido, solo 39% continúan operando exclusivamente fuera de la oficina.
Esto muestra que, si bien el teletrabajo ha demostrado su efectividad, también se vuelve necesario aprovechar las ventajas de lo presencial conforme las condiciones sanitarias lo van permitiendo. Tales dinámicas ponen al factor humano al centro de las estrategias empresariales, haciendo del trabajo flexible un elemento crítico para el futuro del trabajo.
Para muchos, este paradigma establece una nueva forma de percibir las prestaciones laborales: 62% de los empleados señalan que contar con la opción de trabajar a distancia es un punto decisivo entre mantener o cambiar de trabajo. En contraste, otra investigación señala que 66% de los líderes de negocio ya requieren que sus colaboradores asistan a la oficina, mientras que 73% de los que aún mantienen esquemas híbridos habilitarán modelos presenciales en los próximos seis meses.
Para lograr un regreso efectivo a las oficinas, encontrando un punto medio entre ambas perspectivas, los modelos híbridos o de trabajo flexible aparecen como una solución, resaltando la importancia de considerar tres ejes para desplegarlo de forma exitosa:
- Tecnología: plataforma de productividad y colaboración.
La digitalización se convirtió en un eslabón clave para las operaciones empresariales, al grado que, según Microsoft, 7 de cada 10 PyMEs en México reconocen la importancia de la tecnología en sus procesos: en los últimos dos años 70% adquirió equipos de cómputo, 59% adoptó software para videoconferencias y 53% optó por soluciones y servicios en la nube. Estas inversiones no solo permiten desbloquear nuevos niveles en el potencial de los colaboradores sin importar donde se encuentren físicamente, sino que también ayuda a los negocios a dar el salto a nuevos modelos económicos donde los datos y la inteligencia juegan un rol fundamental, haciendo a las organizaciones más ágiles, competitivas y resilientes.
- Hacer de la protección una prioridad.
Temas de seguridad, privacidad y confidencialidad, marcan algunas de las principales preocupaciones y argumentos de las empresas, para regresar a los ambientes corporativos. Ante un creciente ecosistema de amenazas y vulnerabilidades cibernéticas, resulta más importante que nunca contar con equipos confiables y personal capacitado para garantizar la integridad de datos, credenciales, procesos, activos y personas, dentro y fuera de la oficina.
- Al centro, la flexibilidad.
Uno de los ejes rectores para un regreso exitoso a la oficina radica en la adaptabilidad: lo que funciona para uno, no necesariamente es una solución absoluta, por ejemplo, pese a que a escala global 76% de los empleados sienten que son igual de productivos trabajando desde casa que en la oficina, 41% de los mexicanos considera que pueden mejorar sus resultados al regresar a los centros de trabajo. En la medida que las compañías den alternativas a sus empleados, la relación y la cultura laboral podrán evolucionar positivamente.
Ante estas necesidades, el cómputo de nueva generación representa un aliado clave para construir mejores experiencias de trabajo, ofreciendo plataformas laborales a medida de los requerimientos empresariales, y haciendo más sencillo el día a día de los colaboradores. Los procesadores AMD Ryzen PRO ofrecen a los negocios ese balance, optimizando preocupaciones complejas de administración o seguridad sin comprometer el desempeño, creatividad, bienestar y colaboración de los equipos de trabajo.
Es indiscutible que el regreso a las oficinas será una realidad en los próximos meses: de acuerdo con una encuesta la CBRE, 75% de las organizaciones ya están operando presencialmente, mientras que solo 12% de los negocios han dado el poder a sus colaboradores de decidir si regresan o no. En más de un sentido, el éxito de estas estrategias parte de poner un énfasis en el factor humano, dándoles no solo opciones que se adapten mejor a su estilo de vida, sino también poniendo a su disposición las herramientas que necesitan para ser más productivos de forma sencilla, intuitiva y eficiente.