El aumento de la población, el cambio climático, la contaminación de las fuentes de agua, las alteraciones en los patrones de consumo, los daños al medio ambiente y las prácticas económicas no sostenibles han puesto a la población mundial frente a una cruda realidad: escasez de agua. De acuerdo con la UNESCO, aunque éste es un fenómeno natural, cada día son más claros los efectos inducidos por los seres humanos.
A través de campañas mundiales y federales, constantemente se invita a la población a que realice un consumo de agua responsable. Sin embargo, hoy más que nunca es importante que proveedores y usuarios trabajen juntos para establecer estrategias y ejecutar acciones que reduzcan los factores que contribuyen a la escasez de agua.
Frente a este panorama mundial, una de las estrategias a implementar es estimular la eficiencia hídrica con la implementación de soluciones de tecnología de software, lo que además permitirá el involucramiento de forma activa a los consumidores en la cadena de suministro del servicio agua.
La transformación digital no debe ser ajena a los servicios públicos. “Si bien es cierto que históricamente es el sector privado el que adopta primero la tecnología, ante la digitalización, cada día más proveedores de servicios públicos confían en soluciones tecnológicas para hacer frente, de manera eficiente, a su misión social de abastecer el suministro del agua” afirma Jesús Sánchez, Vicepresidente de Marketing de Open.
Los proveedores de servicio de agua potable deben buscar alternativas innovadoras, eficientes y rentables para primero, minimizar las pérdidas y en segundo lugar, fomentar el consumo responsable de la mano de la tecnología que da visibilidad de la situación.
“Al conocer las causas que originan pérdidas se identifican alternativas, presupuesto y capacidad operativa. La tecnología permitirá, a su vez, que los usuarios sean conscientes de su consumo, tomen medidas más responsables y se evite el desperdicio del recurso, lo que genera una colaboración entre usuario – proveedor”, menciona Sánchez.
De acuerdo con SACMEX, una persona en México consume en promedio 307 litros de agua al día, lo que representa cerca de un 200% superior a los 96 litros recomendados.
Estos datos posicionan a México en el quinto lugar en consumo mundial del agua lo que en gran medida se debe al desconocimiento específico del consumo.
Adicionalmente, México y Latinoamérica enfrentan un problema mayor, las pérdidas de agua no contabilizada. El agua no contabilizada es la diferencia en porcentaje entre los volúmenes de agua enviada a la red y los volúmenes medidos del consumo de los clientes. De acuerdo con RWL Water de Estados Unidos, el 34% del agua mundial es agua no contabilizada, no obstante, los índices varían según el país. Esa es una razón más para implementar una metodología que permita detectar fugas, evaluación de tuberías, manejo de presiones y modernización hidráulica.
“Al implementar este tipo de soluciones, los proveedores pueden no solo iniciar un plan, donde se especifique acciones concretas que permitan controlar y corregir este tipo de pérdidas, estimando tiempos y costos específicos, sino que brinda a los usuarios, que cada día se interesan más por soluciones al medio ambiente, la oportunidad de ser pieza fundamental en la preservación del agua; serán más capaces de realizar un consumo responsable y aportarán a optimizar la infraestructura de red”, concluye Jesús.
En esta lucha por restaurar la eficiencia hídrica, los operadores no están solos. Es el momento de adoptar soluciones tecnológicas que hagan posible un cambio real en todos los involucrados.